Nueve tribus indígenas en riesgo de desaparecer

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PRUEBA

KENYA-masaiLa Ong Survival ha catalogado nueve tribus indígenas que viven aisladas del mundo y que están en peligro de perder su patrimonio cultural y su hábitat y sucumbir a los intereses económicos de gobiernos y multinacionales.
MASÁIS
Es una tribu con tradiciones milenarias que cuenta con 300.000 integrantes y que habita entre Kenia y Tanzania. Durante años han sido nómadas, pero últimamente se han visto obligados a adoptar un estilo de vida sedentario por presiones de los gobiernos, que alegan que las actividades ganaderas de los masáis son perjudiciales para los terrenos protegidos.
Vivían de la cría del ganado y el resto de los productos los obtenían mediante el trueque, pero en los últimos tiempos han empezado también a cultivar.
Los masáis no tienen jefes pero sí un líder espiritual en cada comunidad, que ostenta un papel muy importante dentro de la sociedad masái. Veneran a un dios que está presente en todas las cosas y creen que su divinidad puede aparecer de forma benévola o por el contrario de forma destructiva.
Entre sus principales amenazas se encuentran los cazadores del norte de Tanzania. Las autoridades han quemado los territorios masáis con el fin de poder dotar de mejor acceso a los lugares de caza. Muchos de sus terrenos han sido usurpados para la creación de granjas o por proyectos gubernamentales.

BOSQUIMANOS
Esta tribu está compuesta por unas 100.000 personas y llevan viviendo en África durante cientos de miles de años. En la actualidad están presentes en Botsuana, Namibia, Angola Y Sudáfrica.
Los bosquimanos obtienen de su entorno cuanto necesitan, se basan en su habilidades para obtener los alimentos necesarios, son grandes cazadores.
El mayor peligro al que hacen frente los bosquimanos es la desaparición de sus tierras. El caso más notable ocurre en Botsuana, donde en los años ochenta descubrieron diamantes en la reserva en la que habitaba una comunidad importante. En 1997, 2002 y 2005 el Gobierno llevó a cabo grandes desalojos, el caso acabó en los tribunales y en 2006 la sentencia se resolvió en favor del pueblo bosquimano, al que reconocieron el derecho de volver a la reserva. Sin embargo, el Gobierno no ha facilitado a la comunidad la vuelta a su territorio ya que no se les permite cazar y el pozo que le suministraba agua ha sido destruido.

GUARANÍES
Tienen presencia en numerosas partes de América del Sur como Paraguay, Brasil, Bolivia o Argentina. Cuentan con una población de 80.000 personas, de los cuales 50.000 viven en territorio brasileño
Es una comunidad muy espiritual. Llevan generaciones recorriendo grandes distancias en busca de lo que ellos denominan la ‘tierra sin mal’ -un lugar anunciado por sus antepasados, donde la vida transcurre de forma pacífica y sin sufrimiento-.
En los último 500 años les han ido quitando los terrenos en los que tradicionalmente han habitado ya que estos territorios han sido utilizados para la construcción de haciendas ganaderas, plantaciones de soja y caña de azúcar.
Muchos guaraníes han sido reubicados en pequeños terrenos habilitados para su acogida, pero de ellos no pueden obtener los recursos necesarios para su supervivencia.

TOTOBIEGOSODES
Viven en América del Sur, en territorios que pertenecen a Paraguay, Bolivia y Argentina.
Es una comunidad que forma parta de la tribu indígena de los Ayoreos. Los totobiegosodes habitan en pequeños grupos. En cada comunidad viven unas cuatro o cinco familias que comparten una casa comunal en el bosque.
Entre sus actividades principales se encuentran la caza, el cultivo de calabazas, melones y habas.
Esta comunidad tiene que hacer frente a la expropiación de las tierras en las que habitan debido a que tienen un gran valor para especuladores y terratenientes. Sus terrenos están siendo talados para ser utilizados para su explotación económica, esta zona sufre la deforestación más rápida del mundo.

LOS INDÍGENAS DE SIERRA NEVADA
Originarios de las montañas de Santa Marta, en el norte de Colombia, la tribu está compuesta por unos 10.000 integrantes
Los Indígenas de Sierra Nevada engloban a cuatro tribus, todas emparentadas entre sí: los arhuacos (o ikas), los wiwas, los kogis y los kankuamos. En total son más de 30.000 personas.
Se autodenominan ‘hermanos mayores’ y creen poseer una sabiduría y un entendimiento místico que se encuentra por encima del de los demás.
Entre sus mayores problemas destaca la cercanía que existe entre sus territorios y la zona donde se cultiva la materia prima de la cocaína. Estos indígenas son de naturaleza pacífica, pero a menudo se ven envueltos en el fuego cruzado entre el ejército y los grupos armados, lo que ha ocasionado numerosas muertes entre los indígenas.

KHANTYS
Esta comunidad es originaria de la taiga de Siberia y actualmente está formada por unas 22.000 personas.
Es un pueblo ganadero con un estilo de vida seminómada. Sufren temperaturas muy bajas, que pueden llegar a alcanzar los cincuenta grados bajo cero. Sus hogares se encuentran muy preparados para hacer frente al frío: logran un buen aislamiento rellenando el espacio existente entre troncos con musgo.
Su vida gira entorno a los renos, de ellos obtienen sustento y pieles. Además sobreviven gracias a la caza, a la pesca y a la recolección de las escasas bayas que encuentran en sus territorios.
Entre sus mayores problemas se encuentran las compañías petroleras, ya que sus explotaciones contaminan sus bosques y lagos. Muchos khantys fueron expulsados de sus tierras por estas compañías, perdiendo de esta forma a sus renos lo que les llevó a depender de la Administración o de las empresas petroleras.

JARAWAS
Los jarawas son característicos de las Islas Andamán y de la India. Tienen una población muy limitada, solo cuenta con unas 200 o 300 personas.
Viven en pequeñas comunidades de unos cuarenta o cincuenta integrantes. Se mantienen de forma autosufiente y entre sus principales actividades se encuentra la caza de animales como cerdos o tortugas, la pesca y la recolección de frutas, raíces y miel. Cuando recolectan miel de abejas salvajes, escupen la savia de una hoja sobre la colmena para ahuyentar a las abejas.
Entre los principales problemas a los que hacen frente se encuentra la construcción de una carretera que llega hasta sus territorios, que estaban bastante aislados hasta el momento. Esto hace posible el acceso de los turistas, que pueden contagiar enfermedades para las que los jarawas no están preparados.

PENANES
Originarios de Malasia, la tribu está formada por unas 10.000 personas.
Viven en el interior de la selva de Sarawak, parte malasia de la isla de Borneo y se dedican principalmente a la caza y a la recolección de frutos.
En la actualidad viven asentados en comunidades, pero son de tradición nómada -unos 500 de ellos siguen con este estilo de vida-. Las comunidades más asentadas han comenzado a cultivar arroz. Las comunidades nómadas se comunicaban entre ellas mediante un complejo sistema de señales, a base de palos y ramas, al que denominan ‘Oroo’. Con este sistema de comunicación se transmitían mensajes como, «la persona que pasó por aquí estaba enferma», o «la persona que pasó por aquí tenía hambre».
Son conocidos por utilizar cerbatanas silenciosas -pueden llegar a superar los dos metros y medio de largo- y dardos envenenados como métodos de caza.  Su alimento básico es el ‘sagú que proviene del corazón de una palmera y el resultado final es un polvo que se obtiene al ser pisoteado y dejado al sol para que se seque.
Entre sus amenazas se encuentra la tala de los árboles que componen sus territorios para la creación de plantaciones de aceite de palma y la construcción de presas hidroeléctricas.

LOS ZO’ES
Los 260 integrantes de esta tribu, que ha tenido escaso contacto con el exterior, habitan en las profundas selvas amazónicas de Brasil.
Varias familias comparten una misma casa, son cazadores expertos y cultivan grandes huertos con una amplia variedad de alimentos. Son polígamos y es común que tengan varias parejas e hijos con distintas personas.
Lo más destacable de esta tribu son los palos llamados ‘m’berpot’. Es una tradición milenaria que consiste en atravesar el labio inferior con un palo.
Esta tribu siempre ha estado muy aislada -está muy protegida por el gobierno brasileño-. Sin embargo la presión de personas del exterior por acceder cada vez es mayor. Si esto ocurriera podrían transmitirles a los zo’es enfermedades para los que no están protegidos, poniendo en serio riesgo su supervivencia.