El mes de Ramadán ha dado comienzo este domingo para todos los musulmanes del mundo, en una celebración que obliga a los creyentes a no ingerir alimentos y líquidos, fumar o mantener relaciones sexuales desde el amanecer hasta el anochecer.
Los musulmanes celebran el noveno mes del calendario musulmán, momento en el que el Corán fue revelado al profeta Mahoma.
Durante ese periodo de tiempo, los musulmanes deberán respetar un ayuno durante el día, por lo que no podrán ingerir alimentos ni líquidos.
Tampoco podrán fumar ni mantener relaciones sexuales a partir de este domingo y hasta el próximo 29 de julio, tal y como lo han establecido la mayoría de los países musulmanes como Arabia Saudí, Qatar, Túnez, Libia o Egipto.
Yemen y Turquía son los únicos países que han declarado el sábado como el primer día del Ramadán. Al tener lugar durante el verano, en algunas zonas del mundo los periodos de ayuno alcanzarán las 21 horas diarias.
Los niños y mujeres embarazadas, además de las personas enfermas, no están obligados a respetar el ayuno.
El Ramadán para los musulmanes no supone solo un periodo de privación o preceptos religiosos, durante este mes, también celebran la unión de las familias y las reuniones más íntimas con amigos.
La caída del sol congrega junto a la mesa, para celebrar lo que para ellos es la primera comida de la jornada, a grandes grupos familiares. Se preparan con todo lujo de detalles, manjares exquisitos y tradicionales de cada cultura que procesa esta fe y se reúnen amigos y conocidos que no se ven durante el resto del año.
En los países donde la sociedad es musulmana, se adaptan los horarios de trabajo para evitar el calor del día en lo posible. Al amanecer, después de haber tomado la última comida, es cuando se realizan las actividades más intensas.