El ministro alemán de Transporte, Alexander Dobrindt, ha presentado hoy las líneas maestras de un proyecto de ley que introducirá el cobro de peajes en todas las carreteras del país, aunque los conductores nacionales no se verán afectados realmente porque se reducirá el impuesto de circulación.
El Gobierno espera recaudar 2.500 millones de euros al año, un presupuesto que deberá destinarse por completo a la infraestructura vial.
El proyecto contempla que para los automovilistas alemanes el peaje no suponga costos adicionales, puesto que irá acompañado de una reducción del impuesto de circulación. «Introducimos un peaje para todos y con eso cumplimos las exigencias de la Comisión Europea, que pide que no haya discriminación en razón de la nacionalidad. Simultáneamente, compensamos a los automovilistas alemanes con una rebaja en el impuesto de circulación».
El impuesto de circulación es algo que los Estados nacionales dentro de la UE pueden reformar libremente. Para garantizar la compatibilidad de la ley con el derecho europeo, la elaboración del proyecto de ley estará acompañada por un grupo de trabajo con representantes de la Comisión Europea.
Los dueños de vehículos registrados fuera de Alemania podrán solicitar el dispositivo anual por internet, cuyo coste también variará conforme al modelo.
También existirá la posibilidad de comprar en las gasolineras un distintivo anual, que tendrá un precio fijo de en torno a 100 euros, o de validez de diez días (diez euros) o dos meses (veinte euros), según las necesidades del automovilista.
La idea es que el peaje pueda empezar a aplicarse el 1 de enero de 2016, pero primero tiene que lograr el apoyo de los otros partidos de la coalición para entrar en el proceso de aprobación parlamentaria.