Poder observar las vistas que ofrece uno de los miradores más privilegiados de Barcelona es solo una de las actividades que engloban las Cenas con Estrellas. La velada da comienzo con la cena, en la que los comensales pueden degustar una propuesta gastronómica en la terraza del Observatorio Fabra.
A continuación se visita el museo y se accede a la sala de la gran cúpula, que conserva los elementos originales. Desde allí, y mediante uno de los telescopios más grandes y antiguos de Europa, que se encuentra en funcionamiento desde 1904, se observa el cielo. Durante el periodo de verano se pueden distinguir la Luna, Júpiter, Saturno o la estrella Albireo, dependiendo del día.
Conferencias de divulgación científica
El observatorio presenta a los asistentes una conferencia de unos veinte minutos impartida por un científico, en la que se tratan temas como si hay agua en la luna, las perspectivas de encontrar vida más allá de la tierra, cuántos son los anillos de Saturno o el cambio climático.
La gastronomía de Miquel Guimerà
El chef ejecutivo de Paradís Gourmet ha sido el encargado de confeccionar el menú de estas noches mágicas.Pensado en clave astronómica, el menú ofrece a los comensales platos como la constelación de peces; Marte, el planeta anaranjado, o una mousse de fruta denominada Cupido, el satélite.
El Observatorio Fabra
La Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, que este año celebra su 250.º aniversario, creó, a finales del siglo XIX, un observatorio en su sede, situada al comienzo de La Rambla.
Muy pronto, sin embargo, la contaminación lumínica de la ciudad hizo inviable la observación astronómica, y el observatorio se trasladó al Tibidabo. En La Rambla solo continuaron las observaciones horarias.
El nuevo observatorio fue inaugurado el 7 de abril de 1904 por el rey Alfonso XIII. La Academia de Ciencias y Artes, de la que es propiedad, le asignó el nombre de Fabra en honor del mecenas que había posibilitado su construcción.