La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología indica que los abuelos españoles dedican una media de seis horas diarias en la atención de los menores. Los abuelos son un figura importante en nuestra sociedad para el mantenimiento de la unidad familiar pero, aseguran los expertos, actualmente se están viendo sobrecargados en el cuidado de los nietos.
Con motivo de la celebración del Día de los Abuelos, el próximo 26 de julio, el presidente de la sociedad, José Antonio López Trigo, ha recordado que el cuidado de los nietos debe ser una actividad «placentera» tanto para el niño como para el mayor porque, de lo contrario, puede provocar problemas de estrés, ansiedad o depresión por parte de los abuelos.
«Si bien es cierto que en la mayor parte de los casos, esta actividad se hace de forma voluntaria y con agrado, también es verdad que, en algunos casos, las abuelas y abuelos tienen la sensación de realizar una jornada laboral a tiempo completo y se sienten forzados en unas cargas de cuidados y educación».
Cuando el cuidado de los nietos se prolonga demasiado en el tiempo pueden surgir conflictos con los otros cuidadores sobre el nivel de cuidados que necesitan los niños y sobre lo que cada uno considera apropiado, puesto que algunos padres pueden sentir amenazada su autoestima y autoridad.
La sociedad recomienda a los padres tener una buena relación con los abuelos, que les presten atención y tengan un trato afectuoso; no les contradigan ni discutan con ellos delante de los niños; no les sobrecarguen de tareas; y les integren en las actividades de ocio.
La SEGG ha elaborado un decálogo para los abuelos en el que se les aconseja no sobrecargase de labores; aprender a decir «no» a las tareas que no son capaces de realizar o si se tienen otros planes o compromisos; no descuidar la salud; y establecer una «buena comunicación» con los hijos.
Es importante que los abuelos se reserven su propio espacio y tiempo, realizando las actividades que más les gusten; mantenerse en buena forma física; no sentirse culpable si no se es capaz de realizar las tareas como antes; y realizar actividades con los nietos que se adecuen a uno mismo y reconforten a los dos.
El decálogo se destaca la importancia de establecer normas con el nieto; de ver el lado positivo de las cosas y de sacar el «máximo» partido a las experiencias vividas con el menor.