En verano, al abrirse muchas más piscinas al aire libre para el deporte y el ocio, la Dirección General de Salud Pública amplía su labor inspectora.
La calidad de las aguas de recreo es una de las operaciones que incluye el Plan Estadístico de Castilla y León 2010-2013, es competencia y responsabilidad de la Consejería de Sanidad, aunque en colaboración con los ayuntamientos de la comunidad, en cuyo término municipal se encuentran ubicadas las aguas de recreo, ya sean piscinas o zonas de baño como lagos o ríos.
El número total de piscinas censadas en Castilla y León, según datos del 31 de diciembre de 2013, es de 939, de las cuales 714 son de titularidad pública y el resto, las otras 225, son privadas. De ellas, hay 828 descubiertas y 111 de invierno. El censo no ha variado en 2014.
El inicio de actividad de una piscina que abre solamente de forma temporal lo conceden los ayuntamientos en cuyo término municipal se encuentra ubicada. El informe sanitario es un requisito imprescindible para obtener la licencia municipal, que tendrá carácter vinculante en caso de ser negativo.
La vigilancia sanitaria de estas instalaciones se lleva a cabo, por Salud Pública, siguiendo un protocolo de inspección cuyos objetivos prioritarios son la calidad del agua y la seguridad de las instalaciones.
Durante el pasado ejercicio se realizaron 4.878 visitas a estos recintos en Castilla y León. La ratio de visitas realizada por piscina en el total de la comunidad fue de 5,2 y la de actas levantadas de media fue de 4,5, con un total de 4.268 actas.
En cuanto a los controles del pH y el cloro por vaso, la media es de 9,1 en la comunidad; aunque hay mucha variación de unas provincias a otras, desde los 6,3 controles por piscina de Valladolid y Zamora a los más del doble, 13,4 pruebas por cada una de León.
En la autonomía se han realizado 8.523 seguimientos oficiales de este tipo. Todas las inspecciones se han saldado sin ningún expediente sancionador.