El Hospital Clínico de Salamanca participa en un estudio clínico multicéntrico en el que cincuenta hospitales de todo el mundo están probando un nuevo controlador del ritmo cardiaco mucho más pequeño que los convencionales que carece de cables y que no necesita cirugía para ser instalado ya que se introduce en el cuerpo a través de la vena cava.
El marcapasos sin cables es un pequeño dispositivo que envía impulsos eléctricos al corazón cada vez que detecta un latido demasiado lento. A diferencia de los marcapasos convencionales se coloca directamente en el corazón a través de una vía. Se reducen las complicaciones, las molestias y las infecciones, ya que no hay incisión ni intervención quirúrgica, con lo que se evita la entrada de gérmenes, así como la cicatriz y el bulto que queda tras implantar un marcapasos convencional.
La aparición de este nuevo dispositivo no acabará con los marcapasos convencionales. Primero ha de finalizar el estudio y si los resultados son favorables se comenzará a implantar en el resto de la población, siempre que reúna las características adecuadas. Durante algunos años, convivirán ambos dispositivos.
Tras la implantación del dispositivo el paciente puede seguir con sus rutinas cotidianas, únicamente tendrá que asistir a una serie de revisiones ordinarias. Si todo va bien, el marcapasos puede durar de 8 a 10 años, transcurridos los cuales se puede sustituir por otro fácilmente.
El marcapasos del estudio clínico está siendo desarrollado por la empresa norteamericana St. Jude Medical, una compañía especializada en el desarrollo de dispositivos médicos. El nuevo controlador del ritmo cardiaco se puede considerar uno de los avances más significativos en la tecnología de marcapasos de las últimas décadas, ya que mide menos de un 10% del tamaño que los dispositivos convencionales. Su pequeño tamaño unido a la desaparición de los cables y del bolsillo quirúrgico aumenta la comodidad del paciente y reducen las complicaciones y las infecciones.
El pasado mes de abril, los cardiólogos Javier Jiménez-Candil y José Luis Moríñigo llevaron a cabo el primer implante de este tipo en nuestra región.
Ahora, el servicio de Cardiología del complejo hospitalario de Salamanca está a punto de afrontar la segunda intervención de estas características. El Hospital ya ha seleccionado al candidato, que tiene que reunir una serie de características, y ha anunciado que próximamente realizará la intervención, probablemente los últimos días de agosto o los primeros días de septiembre.
El ensayo clínico prevé implantar el dispositivo en un millar de pacientes y observar su evolución durante cinco años.
En todo el mundo, más de 4 millones de personas llevan marcapasos, y en Europa se implanta a 325.000 pacientes cada año.