El Gobierno de Cantabria ha regulado por primera vez el uso de las cabañas pasiegas, propias de los valles de las región, como alojamientos de uso turístico,
Actualmente hay contabilizadas unas 10.300 cabañas pasiegas en todo el territorio que se podrán beneficiar de esta nueva norma.
Son construcciones de piedra que alojaban a pastores y ganado cuando ambos ascendían a los pastos frescos en primavera y verano. Actualmente, muchas de ellas aún conservan esta función.
Con una arquitectura «única y exclusiva» de Cantabria, este tipo de edificaciones son propiedad en su totalidad de pequeños ganaderos que, gracias a este nuevo decreto, podrán optar a un nuevo modo de vida y de ingresos que permita su desarrollo económico.
El objetivo de la nueva norma, que es independiente de la que regula los alojamientos rurales, es «preservar y poner en valor» el patrimonio etnográfico y cultural de estas cabañas, así como su conservación arquitectónica.
Para que el viajero que visite la región tenga garantizados «los servicios y la comodidad» propios de cualquier otro alojamiento, el decreto incluye unos requisitos mínimos que abarcan desde la habitabilidad hasta el diseño.
Tienen que estar catalogadas como cabañas pasiegas por el ayuntamiento de cada localidad, y de esta forma tener reconocidas tanto las características de su estructura, como los materiales con las que fueron levantadas.
