El hábito del botellón en estudiantes universitarios ocasiona alteraciones cognitivas

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valdecillaVanesa Pérez, directora de la Escuela Universitaria de Fisioterapia Gimbernat; César Pascual, gerente de Valdecilla, y Pascual Sánchez-Juan de la unidad de Deterioro Cognitivo de Valdecilla.

Vanesa Pérez, directora de la Escuela Universitaria de Fisioterapia Gimbernat; César Pascual, gerente de Valdecilla, y Pascual Sánchez-Juan de la unidad de Deterioro Cognitivo de Valdecilla.

Un estudio de la Unidad de Deterioro Cognitivo de Valdecilla revela que los jóvenes con patrón de bebedor excesivo en fin de semana obtienen peores resultados en test que miden funciones ejecutivas

Los jóvenes con patrón de bebedor excesivo en fin de semana –conocido popularmente como ‘botellón’- presentan peor rendimiento en pruebas neuropsicológicas que valoran la atención, la rapidez mental y la precisión al ejecutar tareas alternas.

Así lo han probado investigadores de la Unidad de Deterioro Cognitivo del Hospital Valdecilla, que han realizado un estudio en alumnos universitarios de la Escuela Gimbernat-Cantabria –centro adscrito a la Universidad de Cantabria, con sede en Torrelavega-, en los que han evaluado los efectos del hábito del botellón sobre algunas funciones cognitivas por medio de test validados para la población española.

La investigación, que ha dirigido el neurólogo Pascual Sánchez-Juan, consistió en analizar los hábitos de vida de 102 estudiantes que se clasificaron en bebedores excesivos de fin de semana -consumidores de 6 o más unidades de bebidas alcohólicas en dos horas, considerando que cada unidad contiene 10 gramos de alcohol puro- y no bebedores excesivos.

Después, se evaluaron en todos ellos la memoria y ciertas funciones ejecutivas mediante un batería de test neuropsicológicos y se compararon los resultados de ambos grupos.

Según el análisis de los hábitos de vida, el 49% de los estudiantes resultaron ser bebedores excesivos, si bien todos ellos refirieron haber consumido alcohol alguna vez, con una edad media de inicio en el consumo de 15 años.

Peor rendimiento y más lentos

En todos los sujetos del estudio se utilizaron test neuropsicológicos para evaluar la memoria lógica, verbal y visual; las habilidades visoespaciales; la atención y concentración; la capacidad de inhibir la respuesta automática; y la flexibilidad mental y velocidad visomotora.

Los investigadores encontraron que los alumnos con patrón de bebedor excesivo tuvieron un peor rendimiento y tardaron una media de 42,7 segundos en completar el test que medía funciones ejecutivas mediante la atención y la flexibilidad mental, 6,4 segundos más que los estudiantes no bebedores.

Además, apreciaron una correlación significativa entre la edad de inicio del consumo de alcohol y los resultados de esta prueba, de forma que a más temprana edad de inicio del consumo, más tiempo tardaron los alumnos en completar el test.

En función de los resultados obtenidos, el consumo excesivo de alcohol en jóvenes parece tener un efecto predominante sobre parte de la corteza prefrontal dorsolateral, una zona relacionada con la función ejecutiva y que parece ser más sensible a la neurotoxicidad causada por el alcohol, explica Sánchez-Juan.

«Estos datos son coherentes con la hipótesis de que el alcohol afecta más a las áreas cerebrales que maduran más tarde en el ser humano: el córtex prefrontal dorsolateral es una de las últimas en desarrollarse», asegura el neurólogo, una hipótesis apoyada por las variaciones de volumen de esta área que se aprecian en pruebas de imagen realizadas a jóvenes con este patrón de consumo.

Más perjudicial que el consumo regular

Según se ha visto en modelos animales, el consumo intermitente de grandes cantidades de alcohol es más perjudicial que el consumo regular y afectaría predominantemente al córtex prefrontal dorsolateral.

Además, los resultados sugieren que el perjuicio del consumo de alcohol con patrón de bebedor de fin de semana tiene un efecto acumulativo; esto es especialmente preocupante teniendo en cuenta que la edad media de los participantes es de 19 años y que tan sólo llevan una media de 4,2 años con esta forma de consumo.

El estudio, fruto de la colaboración de la Unidad de Deterioro Cognitivo del Servicio de Neurología de Valdecilla y la Escuela Universitaria Gimbernat-Cantabria, señala la importancia de analizar el efecto del consumo de alcohol excesivo en cortos espacios de tiempo sobre las funciones cognitivas en edades tempranas, hecho que cobra especial relevancia dada la alta prevalencia de este patrón de consumo entre los jóvenes españoles.