El Director de Deportes del Gobierno Vasco, asistió desde el palco de autoridades a una inolvidable jornada futbolística que coloca al Athletic en la Liga de Capeones, después de 18 años.
La nueva «catedral», un impresionante San Mamés que se estrenaba y que acogía a 50.000 espectadores, se rindió a su equipo. Un pitido del árbitro marcaba el final del partido y nadie quería abandonar las gradas.
El Athletic fulminó al Nápoles en una vuelta, que fue un soplo de justicia para los bilbaínos.
Los de Ernesto Valverde salieron arropados por sus aficionados, y como auténticos «leones» defendieron su campo y acorralaron al Nápoles, que solo supuso peligro en contadas ocasiones, para bordar la jornada con un marcador de 3-1.
Sin demasiado mérito, el Nápoles cobró ventaja con un tanto de Hamsik a los dos minutos de la reanudación. El Athletic, que en la primera parte había sido bastante superior, vivió este gol como un revulsivo para levantarse y remontar.
Los goles de de Aduriz trajeron la remontada y el Ibai Gómez, la gloria. Una gloria que se gritaba en las gradas y en los palcos en unos emocionantes minutos de fiesta que encumbran al deporte en sí, y al fútbol vasco.
