La Policía Nacional ha desarticulado una organización dedicada al tráfico de cocaína en Málaga

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PRUEBA

Agentes de la Policía Nacional, en el marco de la operación “Caléndula” contra el tráfico de drogas a pequeña y mediana escala, han desarticulado en Málaga una organización criminal dedicada al tráfico de sustancias estupefacientes, concretamente cocaína, en la zona oeste de la capital.

La operación ha culminado con la detención de trece detenidos -8 hombres y 5 mujeres- todos de nacionalidad española, con edades comprendidas entre los 23 y 60 años y casi todos pertenecientes a la misma familia. A los arrestados se les imputan delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y tenencia ilícita de armas. Los agentes han realizado nueve registros domiciliarios en los que se han incautado 400 gramos de cocaína en roca y más de 600 de sustancia de corte, además de una prensa hidráulica y varios moldes para la confección de paquetes de droga, tres balanzas de precisión y 9.000 euros en efectivo.

El operativo ha permitido también la intervención de una pistola con su cargador y 41 cartuchos, una escopeta de perdigones con mira telescópica incorporada y una navaja. Además han sido intervenidos 5 vehículos, 2 motocicletas, 4 tabletas, 4 ordenadores portátiles, 91 teléfonos móviles, entre otros efectos y documentos. En el trascurso de la operación han sido localizados activos valorados en más de 22.100.000 euros, procediéndose a su embargo preventivo.

La investigación comenzó en noviembre del año 2011. Los agentes tuvieron conocimiento de la presencia en la zona oeste de la capital malagueña de una red criminal que se estaría dedicando al tráfico de drogas, concretamente de cocaína.

Entramado piramidal con reparto de funciones 

Los investigadores detectaron una organización criminal liderada por dos hermanos y que contaba con un completo reparto de funciones entre sus integrantes –casi todos pertenecientes a una misma familia- cuyas actividades consistían en la adquisición de importantes cantidades de cocaína. Una vez gestionada dicha compra, requerían los servicios de correos o “mulas” que se encargaban de recoger el estupefaciente en el lugar de compra y trasportarla hasta el punto de recepción en Málaga, donde ellos mismos se ocupaban de recibirla, adulterarla y de confeccionar las dosis tanto para su venta a mediana escala como al menudeo. Una vez preparadas las porciones, eran entregadas a terceras personas, trabajadores a las órdenes de los principales investigados, que eran los encargados de llevarlas hasta los distribuidores últimos. Un entramado piramidal, con un claro reparto de funciones entre sus integrantes, que permitía a los cabecillas permanecer en un segundo plano.

La droga era almacenada en distintos domicilios de la capital, por lo que los investigadores han practicado un total de nueve registros en viviendas ubicadas en la provincia de Málaga. A lo largo de los meses de investigación, los agentes han realizado distintas aprehensiones de droga que han servido de base para la culminación de esta operación.