El músico y violagambista catalán Jordi Savall ha renunciado este jueves al Premio Nacional de Música 2014 que entrega el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
En una carta enviada al Ministerio y dirigida también al jurado, Savall ha agradecido el premio al afirmar que le produce «una gran alegría por un tardío reconocimiento a más de 40 años de dedicación apasionada y exigente a la difusión de la música».
Sin embargo, asegura que no aceptará el premio para no sin traicionar sus principios y sus convicciones más íntimas, porque procede de la principal institución del Estado, responsable del «dramático desinterés y de la grave incompetencia en la defensa y la promoción del arte y de sus creadores».
El violagambista ha deplorado «la política de menosprecio» hacia la inmensa mayoría de músicos que, con grandes sacrificios, dedican sus vidas a mantener vivo este patrimonio –músicas medievales, renacentistas o barrocas– y son verdaderos museos vivientes del arte musical.
Espera que la renuncia, que ve como un «sacrificio», se entienda como un acto revulsivo en defensa de la dignidad de los artistas y sirva de reflexión para imaginar un futuro mejor con más esperanza para las futuras generaciones.
Savall explica que en contadas ocasiones se ha beneficiado de alguna colaboración institucional, como la celebración del V Centenario del descubrimiento de América, pequeñas ayudas a giras internacionales, y recientemente las invitaciones del Centro Nacional de Difusión Musical a presentar proyectos en Madrid.
No obstante, asegura que ha seguido adelante solo con su esfuerzo personal «sin contar jamás con una ayuda institucional estable a la producción y materialización» de sus proyectos musicales.