El entrenamiento de la musculatura respiratoria permanece aún como algo desconocido y muchos deportistas y entrenadores permanecen escépticos ante los beneficios que se le atribuyen.
BioLaster ha analizado un artículo escrito por Hajghanbari y Col que tiene como objetivo determinar si dicho entrenamiento mejora el rendimiento deportivo.
Entrenadores y deportistas permanecen atentos y a la búsqueda de cualquier factor que pueda proporcionarles algún tipo de mejora en su rendimiento. Muchas estrategias de entrenamiento, incluidas nuevas técnicas, metodologías y la utilización de nuevos materiales y tecnologías, son incorporadas a favor de cualquier beneficio que les pueda suponer cualquier mejora en el rendimiento y en las marcas, por pequeña que esta sea.
El estudio de Hajghanbari y Col. Realiza una revisión sistemática para determinar si el entrenamiento de la musculatura inspiratoria (EMI) mejora el rendimiento deportivo y la fuerza y la resistencia de la musculatura respiratoria.
La metodología utilizada siguió el protocolo de Cochrane. Se efectuó una búsqueda de las revisiones en MEDLINE, CINAHL, SPORTDiscus, PEDro, EMBASE, EBM y en las bases de datos electrónicas de COCHRANE hasta Julio de 2011.
Los artículos fueron incluidos si:
1) los participantes eran atletas;
2) el grupo EMI fue comparado con el grupo de control de forma controlada y aleatoria y si incluía resultados acerca de la musculatura respiratoria y el rendimiento deportivo;
3) eran publicados en Inglés.
Se realizó una valoración cualitativa de estas investigaciones.
Los datos evaluados fueron los resultados del rendimiento deportivo, la capacidad de ejercicio, la espirometría, y la fuerza y resistencia de la musculatura respiratoria.
Los Meta-análisis demostraron un efecto positivo significativo del EMI en los resultados del rendimiento deportivo en pruebas contra el reloj, tiempo de resistencia del ejercicio y repeticiones en el test YoYo (método indirecto para calcular el VO2max)
La fuerza y la resistencia de la musculatura inspiratoria mejoró en la mayoría de estudios, lo que en parte dependía del tipo de EMI utilizado. La determinación del tipo de atleta que podría beneficiarse en mayor medida del EMI se limitaba a muestras de pequeño tamaño, que diferían de los protocolos de EMI, y las diferencias en los resultados obtenidos en estos estudios.
Como conclusión, el EMI puede mejorar el rendimiento deportivo. De cualquier manera, es probable que una mayor atención a las demandas ventilatorias del EMI correspondientes a las requeridas durante la competición deportiva y una progresión del entrenamiento más agresiva pudiera mostrar mayores mejoras en futuros estudios.