Cuando una mujer tiene que pasar el difícil trago de una intervención quirúrgica como la mastectomía, puede distorsionarse la imagen que tiene de sí misma, haciéndola sentir mutilada, incompleta. Supone una importante agresión física, estética y psicológica, que pueden dejarle graves secuelas. A todo ello tenemos que sumar la sombra que amenaza la palabra “cáncer”, que lleva a destruir ilusiones, esperanzas y futuro.
Con el paso de los años las técnicas han evolucionado, pasando de ser muy agresivas a ser más conservadoras. La mastectomía más habitual que se realiza en la actualidad, es la mastectomía radical modificada, que no extirpa el pectoral mayor, por lo que las alteraciones musculo-esqueléticas son menores.
El pecho tiene un alto valor simbólico en la mujer. Obtener una imagen satisfactoria de una misma puede elevar el nivel de autoestima. El rechazo del propio cuerpo y la ansiedad que puede dificultar o anular la vida sexual de la mujer. Es muy importante apoyarse en las relaciones familiares y de amigos. También es de suma importancia la comunicación fluida entre el personal sanitario y la paciente.
Un estudio de Ortopedia Plantia, incide en que las recomendaciones hacia la mujer mastectomizada tienen que ir dirigidas principalmente a los aspectos psicológicos, rehabilitación y ejercicios físicos, prótesis y reconstrucción mamaria y otros cuidados generales.
En este proceso de curación, no podemos dejar de lado la rehabilitación y el ejercicio físico, que evitará posibles linfedemas. Estos son algunos de los ejercicios que se pueden realizar:
– Llevarse la mano a la nuca
– Llevarse la mano a la cabeza y a la oreja contraria
– Poner los brazos en cruz
– Brazos en cruz y a la nuca
– Hacer movimientos circulares equivalentes a limpiar cristales
– Ejercicios con poleas: colocando una cuerda en la barra de la ducha, por ejemplo, equivalente a secarse la espalda con la toalla
– Ponerse de cara a la pared con los brazos elevados, doblar y estirar los codos
Es probable que el mismo centro sanitario ofrezca el servicio de rehabilitación, dando las instrucciones oportunas para cada caso.
Hay otros cuidados generales que también ayudan a evitar posibles complicaciones en el brazo afectado, tales como:
– Uso de guantes de protección para actividades con cierto riesgo: jardinería, cocina, coser…
– Evitar la compresión en mangas y puños
– No usar joyas que puedan comprimir la exremidad: anillos, pulseras, relojes, etc.
– No exponer la extremidad al sol sin la crema con filtro solar alto
– Evitar inyecciones, vacunas…
– Prevenir el sobrepeso, evitando el exceso de sal y grasas en las comidas
– Practicar natación
– Mantener el brazo en elevación el mayor tiempo posible y durante la noche
– Evitar quemaduras (plancha, cocina, cigarrillos) en el brazo. En caso de que se produzcan aplicar hielo y dejarlo expuesto al aire.
– Ante cualquier herida, lavarlo con agua y jabón, aplicar solución antiséptica (yodo) y cubrir con un apósito.
– Acudir al médico si se presente enrojecimiento, dolor o si aumenta el hinchazón.
– Ducharse manteniendo el chorro de agua alejado de la incisión y secarlo bien
– Utilizar cremas hidratantes y dar masajes en la zona de la cicatriz para evitar adherencias a planos profundos y lograr una cicatriz elástica
Otro aspecto a tener en cuenta, son los productos que se van a necesitar después de una intervención de esta magnitud:
– Prótesis de mama
– Sujetadores de compresión
– Cinturones
– Rellenos
– Sujetadores para llevar prótesis
– Medias de compresión para el brazo
– Pañuelos y gorros para tratamientos de quimioterapia.
Según Plantia es precisamente este punto, el que más demanda de información presenta por parte de las mujeres antes y después de la cirugía. Profesionales de todos los ámbitos que se conjugan en un proceso de esta importancia para las pacientes, deben en todo momento mantener un alto nivel de información a la misma. Conocer todo lo que tiene a su alcance para cubrir sus necesidades, es psicológicamente fundamental para el proceso curativo.
