Un 27 por ciento de los niños logroñeses que cursan 6º de Primaria padece sobrepeso u obesidad.
Estas cifras se desprenden de la tesis doctoral «Valoración del estado de salud de los escolares de Logroño: Influencia de la alimentación y la actividad física» de Daniel Arriscado Alsina.
Dirigida por Josep María Dalmau, profesor del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Rioja, y Mikel Zabala y José Joaquín Muros -de la Universidad de Granada-, el objetivo de la tesis doctoral era describir el nivel de salud de los escolares de 6º curso de Educación Primaria de Logroño (La Rioja).
Se estudió la composición corporal, presión arterial, condición física, hábitos de alimentación y práctica física de 329 alumnos de 11-12 años de los 31 colegios de Logroño.
La investigación determina que el 73 por ciento de los escolares logroñeses de 6º de Primaria tienen un peso corporal normal, frente al 23,7 por ciento que está en niveles de sobrepeso y el 3,3 por ciento de obesidad.
En el caso de las chicas, el sobrepeso alcanza el 25,5 por ciento pero no hay casos de obesidad; mientras que en los chicos hay un 22 por ciento de sobrepeso y un 6,6 por ciento de obesidad.
La prevalencia de alumnos con sobrepeso u obesidad es menor en los centros concertados con respecto a los públicos: el porcentaje de estudiantes con peso normal es del 78,7 por ciento en colegios concertados, frente al 68,2 por ciento de los públicos.
El 45 por ciento de los escolares investigados dijeron ver la televisión dos o más horas diarias; el 87 por ciento duerme nueve o más horas, el 67 por ciento va caminando a la escuela y el 69 por ciento practica alguna actividad deportiva extraescolar.
El 44 por ciento de los chicos se sitúa en el tercil de mayor actividad física frente al 17 por ciento de las chicas.
Los chicos también poseen un mayor nivel de condición física respecto a las chicas: un 88 por ciento de los alumnos, frente al 80% de las alumnas, reportaron una capacidad cardiorrespiratoria saludable, mientras que el resto posee algún riesgo para la salud.
En cuanto a los hábitos alimentarios, el 46,7 por ciento de los escolares posee una alta adherencia a la dieta mediterránea, el 48,6 por ciento una adherencia media y el 4,7 por ciento baja; con porcentajes similares a nivel nacional.
Los porcentajes de alta adherencia a la dieta mediterránea son menores entre los inmigrantes, quienes acuden a escuelas públicas y quienes pertenecen a familias de nivel socioeconómico medio-bajo. Un mayor seguimiento de los patrones mediterráneos se asoció a un mayor nivel de actividad física y de descanso nocturno, y un menor tiempo frente a la pantalla (televisión, ordenador).