Santander aprueba la mejora urbana del microespacio de la Plaza de Amaliach

0
PRUEBA

La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Santander ha aprobado el proyecto para la mejora urbana de la plaza de Amaliach, en Tetuán, una de las cuatro actuaciones previstas dentro de la segunda edición del concurso de microespacios convocado en colaboración con el Colegio de Arquitectos, según ha informado el concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz.

Díaz ha explicado que el objetivo del concurso de ideas es seguir promoviendo la ordenación de distintos espacios de Santander que, por su reducido tamaño, requieren de soluciones concretas para favorecer su integración y articulación, con el objetivo de ponerlos al uso y disfrute de los vecinos.

«Es una forma de aportar valor añadido, atractivo y modernidad a los barrios y calles de la ciudad», ha apuntado el concejal, quien ha hecho hincapié en que, de esta manera, se consigue poner en valor estos microespacios que a veces pasan desapercibidos y que, en otras ocasiones, se encuentran infrautilizados o degradados, para dotar de mayor calidad urbana e incrementar la habitabilidad de nuestros barrios.

El concejal ha señalado que se presentaron un total de 123 propuestas para los 4 microespacios -35 de ellas para el de la plaza Amaliach-, lo que supone que se alcanzó el doble de participación que en la primera edición.

Díaz ha indicado que, a partir de ahora, se inicia el proceso de licitación para que las obras, que contarán con un presupuesto de 454.903 euros y un plazo de ejecución de 3 meses, puedan empezar en el primer trimestre del año que viene.

El responsable municipal de Infraestructuras ha recordado que el alcalde, Íñigo de la Serna, presentó a los vecinos del barrio de Tetuán la propuesta ganadora para remodelar la plaza de Amaliach y ha adelantado que el equipo de gobierno seguirá en contacto con los representantes vecinales de cara a la ejecución de este proyecto.

Un espacio público, comunitario y de encuentro para todas las edades

La propuesta ganadora del concurso, cuyos autores son los arquitectos Carlos Navarro Chicharro y Héctor Navarro Martínez, que se han encargado también de la redacción del proyecto, es la denominada «Entre valles y cráteres», que se plantea como objetivo crear un espacio público, comunitario y de encuentro, capaz de reunir distintos grupos sociales de diferentes edades, y conseguir en esta confluencia un lugar que pueda acoger todas estas situaciones haciendo uso del 100% de este espacio urbano.

La superficie total de la actuación es 2.800 metros cuadrados, en los que se ubicarán diferentes áreas estanciales, zonas verdes, juegos infantiles y aparcabicis.

Una de las primeras acciones del diseño se basa en resolver su relación con el entorno, de manera que su entrada por el sur, en la calle Tetuán, se quiere plantear como un límite que invite al ciudadano a adentrarse en la plaza, por lo que accesos y aparcamiento de bicis organizan la entrada.

En la parte oeste, la zona verde existente se incorpora a la propuesta y, a partir de su perfil, se regenera la topografía existente, mientras que los laterales norte y este están diseñados de tal manera que organizan los accesos a las viviendas, teniendo en cuenta la zona de terraza que se ubica en la parte más baja de la calle Amaliach.

La plaza se distribuye en diferentes áreas, a modo de «cráteres» que organizan actividades y circulaciones, y que se materializan de formas muy distintas en función de su uso. Se plantean suelos duros para las zonas de terrazas, suelos de caucho en los parques de juego, otros de césped o uno de ellos ocupado por una instalación de fuentes transitables.

Tal como precisa el proyecto, se generan escenarios con un cierto grado de abstracción que permiten una ocupación y uso de muy distintas maneras, y que, a la vez que pueden ser ocupados por cualquier grupo social, todos ellos pueden servir de desencadenantes de juego para los más pequeños, con la ventaja de que la geometría del propio cráter permite un control visual para los cuidadores.

La finalidad es que, en lugar de crear un parque de niños que se equipe a posteriori, los elementos de juego sean parte integrante del diseño de estos espacios, parte de su arquitectura, por lo que, por ejemplo, las paredes del cráter, -de acero inoxidable- funcionan como un tobogán en sí mismo; y los elementos de protección como los pasamanos son, a la vez, estructura portante para columpios, anillas y otros elementos de juego, así como el soporte para los elementos de iluminación.

Otros dos cráteres están diseñados para que tengan un uso como terrazas de negocios colindantes con la plaza. En sus soluciones se busca crear un espacio agradable y protegido mediante arbustos de medio porte.