Tras 24 horas de retraso, la NASA pone a prueba su nave Orion, con la que proyecta realizar viajes tripulados a Marte en 2021. El despegue del cohete Falcon IV en el que iba la cápsula sin tripulación, se ha realizado a las 13:05 hora peninsular desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida.
En esta ocasión no ha habido ninguna circunstancia que hiciera retrasar el lanzamiento. El jueves, las fuertes ráfagas de viento que superaban los límites de seguridad del despegue, un barco dentro de la zona de seguridad del despegue y un problema en una válvula del tanque de combustible fueron los principales motivos por los que la NASA se vio obligada a retrasar el lanzamiento de la cápsula.
La Orion es la primera nave espacial (diseñada para ser tripulada) que ensaya la famosa agencia espacial en el espacio desde los trasbordadores, jubilados de forma permanente desde el 2011, y la primera desarrollada para que puedan viajar al espacio lejano los astronautas desde las cápsulas del programa lunar Apolo, allá en la década de los 60-70.
En esta prueba de vuelo espacial no tripulado, el prototipo Orion se alejará hasta los 5.800km de la superficie de la tierra, haciendo un recorrido de casi dos órbitas alrededor de la Tierra antes de volver a la atmósfera. Los ingenieros encargados de la nave harán numerosos tests con el objetivo de probar los sistemas críticos de seguridad, el escudo anti-radicación de la nave y sobre todo la reentrada en la atmósfera terrestre para caer en el océano Pacífico.
Cuando termine la prueba, previsiblemente este mismo viernes, amerizará en el Pacífico donde serán recogidos los datos y mediciones que recabe, las cuales serán usadas por los científicos para mejorar su diseño y hacer la nave más segura.
El ensayo a costado 300 millones de euros y se espera que gracias a ello se puedan hacer vuelos automáticos entre 2017 y 2018. Los vuelos con astronautas se estiman que podrán ser viables a partir de 2021.