El primer laboratorio científico instalado en la base antártica española a finales de los años 80 se puede visitar en CosmoCaixa.Es trata de un sencillo contenedor naval que fue comprado en Finlandia y acondicionado en Tarragona e incorpora la última tecnología de la época realizar investigaciones científicas a temperaturas bajo cero.
Un equipo de expedicionarios liderados por la bióloga Josefina Castellví instalaron este laboratorio pionero en condiciones muy precarias bajo el viento, el frío y la nieve. Primero se instalaron en tiendas de campaña hasta que consiguieron que España se vinculara al tratado Antártico.
“Ahora lo vemos con normalidad, tenemos la Hepèrides (un barco de investigación científica) en la isla de Livingstone se investiga constantemente, durante el verano antártico -explica el conservador del laboratorio al CosmoCaixa, Alejandro Pérez. Pero en ese momento todo aquello fue muy difícil y hacer vía fue muy complicado. Por lo tanto conservar este laboratorio ahora es una manera de rendir homenaje a estas personas “.
La Antártida, un enclave para el estudio de la naturaleza
Dentro del laboratorio se han conservado todos los aparatos que utilizaban para las investigaciones en los años 80.
La actividad científica se inició con el estudio de los nutrientes del mar, pero avait llegaron los proyectos de microbiología, meteorología y estudios sobre la fauna y la flora de la zona. Unas investigaciones que aún están vigentes hoy en día y de vital importancia para conocer mejor uno de los espacios naturales más fascinantes del planeta.
