Ha recorrido más de 13.000 kilómetros, y supone una «línea de la seda» del siglo XXI, ha dicho la alcaldesa. En Madrid, hermanada con Pekín desde 1985, residen más de 30.000 ciudadanos chinos.
Ha viajado desde la ciudad de Yiwu y, tras recorrer más de 13.000 kilómetros, ha llegado este martes a la estación de Abroñigal, en Madrid, donde la alcaldesa, Ana Botella, le ha dado la bienvenida. El tren de mercancías China-España deja pequeña «la épica del mítico Transiberiano», ha comentado Botella.
Madrid refuerza su papel como enclave geoestratégico global, pues, si ya es el primer puente entre Europa e Iberoamérica y África, con esta línea lo es también hacia China. Curiosamente, de los más de 30.000 ciudadanos chinos que residen en la ciudad, una gran parte son originarios de la provincia de Zhejiang, lugar de procedencia del tren de mercancías China-España.
La alcaldesa ha considerado que es para los madrileños una ventaja la puesta en marcha de la que ha calificado como «línea de la seda» del siglo XXI, «que es de doble sentido. Estoy segura de que el tren arranque de Madrid hacia la ciudad de Yiwu, que es el mayor mercado de venta al por mayor del mundo, irá tan cargado como el que hoy recibimos».
Madrid tiene desde tiempos pasados un gran interés por China. En 1985 se firmó un acuerdo de hermanamiento con Pekín, que en septiembre de 2015 cumplirá 30 años, lo que ha supuesto tres décadas de fructífero intercambio técnico y fluida relación institucional entre las dos capitales. También hay que recordar la existencia del centro cultural de China en Madrid y del Instituto Confucio, dos excelentes muestras del interés que Madrid despierta en China.
Ana Botella ha agradecido la intervención del Ministerio de Fomento, Adif y RENFE en este logro y ha expresado sus deseos de que el segundo viaje, previsto para después del Año Nuevo Chino, tenga tanto éxito como el primero.
«Hoy Madrid se sube al tren de una nueva etapa de cooperación y de relaciones comerciales entre China y España que hace historia».