Será reemplazado por un retoño de su estirpe a finales del próximo mes de febrero.
El árbol de Gernika, histórico símbolo de las libertades vascas, con 28 años se encontraba muy debilitado desde el verano pasado. El roble, plantado junto a la Casa de Juntas de Gernika el 15 de febrero de 2005, recibió una serie de «medidas de choque» para drenar el exceso de agua, pero ha sido imposible salvarlo y está completamente seco.
La presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Madariaga, ha asegurado que será sustituido a finales de febrero por un retoño hermano, de su misma estirpe.
El actual ejemplar ofrecía desde hace unos meses el aspecto de un árbol marchito; un informe elaborado en diciembre de 2014 por la Universidad del País Vasco concluyó que tanto las ramas, como el interior del tronco estaban muertos y que «la degeneración de su sistema radical había acabado por impedir la absorción del agua», de manera que se había producido «la completa desecación» del emblemático roble.
En próximas fechas se retirará el ejemplar seco y se realizarán obras de mejora de la cavidad donde queda plantado el árbol de Gernika para posibilitar la plantación del nuevo retoño, «hermano» del actual, que nació en el año 2000 y que ha crecido en una plantación de Arratia.
Los técnicos desplazarán la ubicación de la maceta hasta la mitad de la parcela para que cuente con más espacio desde el muro de la Casa de Juntas. Cada año, la empresa Basalan, responsable del mantenimiento del árbol de Gernika, hace unas recolecta de las bellotas del roble y planta las mejores en un vivero donde van creciendo los retoños hasta alcanzar las dimensiones aptas para poder ser trasplantados en diversos lugares de los montes de Bizkaia.
Tras la retirada del árbol actual, parte de su tronco se llevará al Museo Vasco, como se hizo con sus antecesores.