Un giro de la plataforma, de 155 metros, sobre uno de sus pilotes era uno de los grandes retos técnicos de la nueva infraestructura viaria. La nueva variante estará lista en primavera y retirará 2.000 vehículos diarios del centro urbano de la localidad, gran parte de ellos pesados. El proyecto incluye un nuevo acceso al puerto y un paseo peatonal de 1,7 kilómetros entre Bermeo y Mundaka.
La maniobra de ubicación del Viaducto de Artigas, una de las estructuras que forman parte de la futura variante de Bermeo, ha concluido esta tarde con el giro final de la plataforma sobre uno de sus pilotes. El nuevo viaducto tiene una longitud de 155 metros y es el más largo de los tres que forman parte de la variante. Para efectuar esta compleja maniobra ha sido necesaria la participación de una grúa de gran tonelaje, que ha elevado la estructura desde sus sujeciones provisionales hasta el punto de anclaje definitivo. Toda la variante de Bermeo transcurre por una zona con gran complejidad orográfica, lo que hace necesario intercalar estructuras independientes para salvar los desniveles de San Andrés, Artigas y Perretxina. La obra se completa con el túnel de Gainzabala (710 metros) y los falsos túneles de Mikel Deuna (58 metros) y Txarakane (155 metros).
Esta nueva infraestructura viaria de tres kilómetros de longitud circunvala el núcleo urbano por el sureste, desde el polígono de Landabaso a las proximidades del puerto. Permite unir el tráfico entre la BI-631 de Bermeo a Mungia y la BI-2235 de Bermeo a Gernika, evitando de esta forma el paso de dos mil vehículos por el centro de la localidad costera, buena parte de ellos pesados. La obra se completa con un paseo peatonal de 1,7 kilómetros entre Mundaka y Bermeo que discurre junto al actual trazado de la BI-2235. Con una inversión foral de más de 53 millones de euros, la variante de Bermeo entrará en servicio esta primavera.