La joven activista estadounidense, Kayla Mueller, fue secuestrada el 4 de agosto de 2013 y el pasado viernes el Estado Islámico comunicó que que durante los bombardeos de Jordania en su contra, Mueller había sido abatida.
El Pentagono, sin embargo, ha confirmado que Kayla ha sido ejecutada por el grupo terrorista. «No hay dudas. Fue el ISIS», ha comunicado el almirante John Kirby, portavoz del Pentágono, «todavía no se sabe cómo se produjo su muerte, pero los ataques jordanos no tienen relación con su fallecimiento».
Jordania realizó, entre el viernes y el domingo pasado, 56 bombardeos contra los yihadistas, en represalia por la ejecución de su piloto Maaz al Kasasbeh, quien fue quemado vivo tras ser capturado por miembros del grupo terrorista en Siria.
Y aunque el Estado Islámico culpó a estos ataques de la muerte de la cooperante, el Pentagono está seguro que la la estadounidense que murió en manos del grupo yihadista.
Durante su encierro, Kaila escribió una carta: «En la oscuridad he visto la luz. He aprendido que incluso en reclusión se puede ser libre».
En la misiva manuscrita y publicada por su familia después de que la Casa Blanca confirmara su muerte, la joven aseguraba haber encontrado destellos de alegría, incluso en cautiverio. «He llegado a entender que en todas las situaciones hay algo bueno, a veces solo debemos buscarlo», escribió Mueller en una carta que recibieron sus familiares a comienzos de 2014. «Ninguno de nosotros podría haber sabido que iba a durar tanto, pero sé que estoy luchando a mi modo. Dentro de mi aún queda mucho resto». «No voy a quebrarme. No importa cuánto tiempo pase, no voy a rendirme».
Mueller nació en Prescott, Arizona, y fue capturada por el grupo Estado Islámico en agosto de 2013, cuando salía de un hospital de Médicos Sin Fronteras en Alepo, Siria.
En el momento de su captura, Mueller había estado trabajando como cooperante en la frontera entre Turquía y Siria, ayudando a algunos de los miles de refugiados que huían de la guerra civil siria.
Desde su graduación en la Universidad de Arizona en 2009, dedicó su vida a ayudar a los más necesitados del todo el mundo. India, Israel y los territorios palestinos fueron algunos de los lugares donde brindó su ayuda.
Mueller era la última rehén estadounidense del grupo yihadista de la que se tenga conocimiento.
Recurriendo a medidas extraordinarias para mantener el secreto durante el cautiverio de un año y medio, los parientes de Mueller no revelaron hasta la semana pasada que estaba en manos del EI. Una vez se anunció la semana pasada que Mueller había muerto como víctima de bombardeos de la coalición, su familia continuó aferrándose a la esperanza de que de alguna manera había escapado de la muerte. Pero el fin de semana recibieron un «mensaje privado» del EI que permitió a los servicios de inteligencia de Estados Unidos confirmar su muerte.
Kaila Mueller era reconocida por su solidaridad con el pueblo sirio y tomó notoriedad en 2011 cuando apareció en un video en la campaña en YouTube Syrian sit-in a favor de los ciudadanos sirios.
«Soy solidaria con el pueblo sirio, rechazo la brutalidad y los asesinatos que las autoridades sirias están cometiendo contra los sirios, porque el silencio significa ser cómplice», dijo Mueller, que dos años antes había viajado a Turquía y Siria para ayudar a los refugiados.
En una entrevista con el diario The Daily Courier de mayo de 2013, semanas antes del secuestro, Mueller contó su experiencia en los campos de refugiados sirios de Turquía.
«Mientras tenga vida no permitiré que este sufrimiento se convierta en algo normal, algo que aceptamos y eso es todo», declaró.
Para su liberación, los extremistas habían pedido cerca de seis millones de dólares, pero Washington siempre mantuvo firme su política de no pagar el rescate de rehenes.