El Gobierno chino ha impuesto a finales de la pasada semana, la prohibición de la importación de marfil durante un año.
El Gobierno, que ha asegurado haber incrementado sus esfuerzos para poner fin al comercio ilegal de marfil, ha expresado su deseo de que esta prohibición reduzca la demanda, en una respuesta a las duras críticas sobre el hecho de que la demanda de clientes chinos está fomentando la caza furtiva en África.
El Gobierno chino evaluará el impacto de la medida en la protección de las comunidades de elefantes antes de tomar nuevas medidas al respecto.
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres prohibió en 1989 el comercio de marfil, si bien China comercia con él a nivel interno y cuenta con unas 150 tiendas con los permisos en regla.
Las ventas de marfil esculpido son legales en el país, cuya demanda alimenta la matanza de decenas de miles de elefantes por año.
La escultura en marfil es un arte muy antiguo en China, y estos objetos delicadamente trabajados -a menudo escenas de la tradición budista, pero también palillos tradicionales- son muy apreciados por los coleccionistas que ven en ellos una inversión rentable.
La prohibición decretada el jueves por parte del Gobierno del país, puede ser simplemente simbólica, ya que el contrabando internacional concierne sobre todo los colmillos de elefante o el marfil bruto, que representan 90% de los decomisos.
En mayo de 2013 un responsable de la Administración de Bosques dijo que en China había 97 empresas especializadas en la artesanía de marfil.
Entre 800 y 900 casos de contrabando de marfil se descubren anualmente en China, según las estadísticas de las aduanas.
En diciembre último, un informe conjunto de la ONG medioambiental Save the Elephants y de la Fundación Aspinall estimaba que más de 100.000 elefantes han sido abatidos entre 2010 et 2012, debido, principalmente, al comercio de marfil en China que está «fuera de control».
El precio del marfil en China ha pasado de los 550 euros el kilo que valía en 2010 a 1.540 euros en 2014, según los investigadores.