El barrio, ubicado en el extremo noreste de la ciudad dentro del distrito de Hortaleza, tienen más cerca Alcobendas o la T4 del aeropuerto de Barajas que cualquier ambulatorio o centro escolar.
Según los datos de la Junta de Compensación ya son 6.000 los que viven en Valdebebas y sigue construyendo su desarrollo urbanístico después de aprobarse el Proyecto de Reparcelación Económica en el pasado mes de enero por parte del Ayuntamiento de Madrid.
El ámbito acoge actualmente 5.000 viviendas y 6.000 vecinos, y las previsiones estiman que, a finales de ejercicio, estarán en marcha otras 1.100 nuevas viviendas. Este mes se abre al público el parque forestal y la Ciudad de la Justicia está en trámite administrativo.
Los inquilinos que ya habitan en alguna de las cerca de 5.000 viviendas construidas se encuentran con que todavía faltan servicios básicos.
De momento, los vecinos que viven allí solamente disponen de dos guarderías, una farmacia, una línea de autobús –con cabecera en Mar de Cristal–, una cafetería y pastelería, un restaurante-bar de tapas y una estación de servicio. También cuentan con un ‘chino’, el primero en instalarse.
La estación de cercanías está construida pero el tren no para. Faltan servicios como un centro de salud o un colegio público, cuyas obras no comenzarán, al menos, hasta el próximo año, tal y como reconoce Concha Martín, consejera de la asociación de vecinos de Valdebebas.
Jorge Serrano, director gerente de la Junta de Valdebebas, prevé que dentro de cinco o siete años el desarrollo estará consolidado y albergará a más de 30.000 vecinos.
De momento Valdebebas si cuenta con grandes espacios verdes y casi 30 kilómetros de carril bici.
En los próximos meses saldrán al mercado algo más de un millar de viviendas libres a unos precios que rondarán los 2.700 euros el metro cuadrado, muy por debajo de lo que, inicialmente, algunos promotores pensaban conseguir.
La crisis y las trabas judiciales han provocado que esas expectativas de precios no se hayan cumplido situando este desarrollo del norte de Madrid en uno de los más competitivos, si bien, ahora tendrá que competir directamente con los PAU de Sanchinarro, Las Tablas y Arroyo del Fresno, donde la crisis ha empujado a la baja los precios hasta niveles en torno a los 2.500 euros el metro cuadrado.
