El Consejo de Gobierno ha aprobado este miércoles el nuevo Plan de Gestión del Lobo, que revisa el de 2002 y con el se persiguen dos objetivos que pasan por conservar la especie en el contexto geográfico de la población noroccidental ibérica y realizar una gestión favorable a los intereses de los ganaderos asturianos, tanto minimizando los daños que el lobo pueda causar como compensando económicamente los que produzca.
Una de las novedades del Plan es que en las reservas regionales de caza se podrán abatir ejemplares de lobo en las cacerías legalmente autorizadas de otras especies. Estas actuaciones prevén la colaboración voluntaria de cazadores, siempre bajo supervisión del personal de la guardería. Los cazadores no podrán quedarse, en ningún caso, con resto alguno de los ejemplares capturados.
El Gobierno considera que este nuevo plan es una herramienta que permitirá cumplir la obligación legal de mantener la población del lobo en un «estado de conservación favorable», tal y como establece la directiva Hábitats, y compatibilizar ese mandato con la necesaria garantía del desarrollo ganadero.