El Monumento Natural Cueva del Castañar, podrá volver a visitarse a partir del próximo 1 de mayo y hasta el 30 de septiembre. Serán visitas guiadas que se realizarán en grupos como máximo de 5 personas.
En el interior de la cueva se pueden observar formaciones espectaculares y de gran belleza como las cristalizaciones de calcita y aragonito o los lagos subterráneos escalonados.
El precio de la visita es de 20 euros y consistirá en el acompañamiento del usuario durante su visita en el interior y la interpretación de los valores presentes en la misma. Tendrá una duración aproximada de 50 minutos.
El régimen de visitas inicial será los viernes, con un pase en horario de tarde; los sábados con dos visitas de mañana y tarde; y los domingos con un pase en horario de mañana. Ya está abierto el plazo para las solicitudes.
La Cueva de Castañar de Ibor, declarada Monumento Natural en 1997, retomó las visitas el pasado año tras seis años cerrada al público.
La Cueva
La Cueva, situada en la localidad cacereña de Castañar de Ibor, se descubrió de manera casual en el año 1969, cuando un agricultor estaba labrando el olivar en el que se encuentra la entrada. Los estudios que realizó el entonces Instituto Geológico y Minero, supusieron la confirmación de la existencia de una formación geológica de gran valor.
Se trata de una cavidad kárstica con un desarrollo laberíntico, superior a los 1.000 metros, excavada en rocas compuestas por alternancias de dolomías y de pizarras, materiales que no son fácilmente solubles, lo que supone una de las muchas singularidades de la Cueva de Castañar.
Otra característica reseñable es la gran antigüedad de las rocas donde se desarrolla la cueva. En concreto, se depositaron en un medio marino, en un momento de la Historia geológica de la Tierra hace aproximadamente unos 500 millones de años, al final del periodo conocido como Precámbrico. Quizás sea la Cueva de Castañar la única conocida en España abierta en rocas tan antigua.
Lo realmente sorprendente de la Cueva de Castañar es su ornamentación interior. La abundancia y variedad de los espeleotemas que tapizan los techos, paredes y suelos de sus salas y galerías es verdaderamente única.
El aragonito y la calcita, teñidos a veces por los óxidos de hierro y de manganeso, proporcionan un auténtico espectáculo de formas y colores.
Las excéntricas, flores de aragonito, agujas, cristalizaciones arborescentes, coladas, gours, estalactitas, estalagmitas y columnas que aparecen en las salas Nevada, Blanca, Roja, de las Banderas, en el Jardín, en la Librería, los Corales, en los Lagos, en fin, por todos los rincones de la cavidad, dibujan un paisaje subterráneo digno de figurar como uno de los más sugerentes de la Extremadura natural.