Lugo. Cuatro jóvenes de Burela, tres chicos y una menor de edad, se precipitaron al mar en la madrugada de ayer por los acantilados de la zona de A Rapadoira, en Foz. Fue en la curva de los jardines de la mencionada playa urbana que popularmente conocen como «a curva dos negros» porque hace unos 30 años, en ese mismo lugar, se produjo un accidente muy similar.
Los jóvenes viajaban en un Daewoo rojo y venían de celebrar junto a otros amigos que viajaban en otro coche el 20 cumpleaños de uno de ellos. Durante el trayecto su coche se salió de la vía al no poder dar una curva y se llevó por delante un bordillo y el muro del paseo de la playa antes de caer por un acantilado.
En el momento de accidente, sobre las cuatro de la madrugada, la marea alcanzaba una altura media y eso fue lo que amortiguó el golpe del coche contra las piedras. Porque de haber estado más baja la marea el golpe hubiera sido más fuerte ya que les hizo de colchón, evitando que se estamparan contra las rocas, como ocurrió hace varias décadas.
Con el impacto se activaron los airbags, y los jóvenes llevaban los cinturones de seguridad puestos. Los ocupantes pudieron salir por sus propios medios. Dos se refugiaron en la parte alta de uno de los islotes que hay en la zona, mientras que los otros dos se quedaron a lado del coche. Los bomberos de Barreiros y el helicóptero de la Xunta Pesca 2 fueron los encargados de rescatarlos.
La cesta de los bomberos de Barreiros no llegaba a esa zona y uno de los bomberos tuvo que bajar, haciendo rápel para colocarles unos arneses y subirlos. De sacar a los otros, uno de ellos, el que estaba peor parado, en camilla, se encargó el helicóptero Pesca 2.
Arriba estaban ya tres ambulancias y personal sanitario para ir atendiendo a los heridos, que fueron trasladados al Hospital da Costa. También colaboró la Guardia Civil, Protección Civil de Foz, el GES de Cervo, un operario municipal que ayudó a limitar los accesos a la zona para evitar que los numerosos curiosos se acerquen al lugar y puedan sufrir un accidente.
