El diseño del espacio sigue el ordenamiento de un piso de L’Eixample, con un recibidor y el resto de estancias, como la cocina y las habitaciones, que incluyen las zonas destinadas a juegos infantiles.
La saga de los Napoleón, que fundaron Anaïs y su marido, introdujeron algunas novedades en la fotografía, como el uso de los daguerrotipos. La entrada a los jardines, que imita la estructura de un recibidor, cuenta la historia de esta mujer pionera de la fotografía.
Haciendo honor al espíritu creativo de Anaïs Napoleón, el diseño de estos jardines es el primero que se sale de la norma aplicada hasta ahora en los interiores de manzana, con excepciones como los de la torre de las aguas.
La zona de los jardines está dividida en áreas que reproducen una vivienda de L’Eixample. En la cocina se han dispuesto los árboles frutales, que se encajan en un pavimento de estilo árabe; el mobiliario es diverso y se encuentra ubicado en la zona de estar, pensada más bien para la lectura y el descanso de personas adultas; y finalmente, la zona de juegos se encuentra segmentada por grupos de edad y reproduce las habitaciones.
Es uno de los interiores de manzana más grandes de L’Eixample, ocupa unos 1.300 metros cuadrados, y tiene un conjunto de árboles ya crecidos que se han saneado pero que ya se encontraban en el solar.
