Más de 170 países han firmado el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud sobre el acuerdo de Control del Tabaco desde su aprobación en 2005, pero las tasas de tabaquismo siguen siendo altas en muchos países de bajos y medianos ingresos en comparación con Canadá y otros países de altos ingresos en los que los esfuerzos por frenar el tabaquismo han tenido más éxito.
Aunque los esfuerzos globales por reducir el consumo de tabaco han tenido cierto éxito, se debe hacer más para reducir el número de muertes por tabaquismo, según un artículo publicado en ‘Canadian Medical Association Journal’. En concreto, los autores apuestan por triplicar los impuestos sobre el tabaco para reducir el tabaquismo según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los fumadores habituales tienen un riesgo tres veces mayor de morir por el tabaco que los no fumadores, pero dejar el hábito de consumo de cigarrillos a los 40 años reduciría sustancialmente el riesgo. Para hacer frente a la reducción del 30 por ciento en el tabaquismo recomendada por la OMS para 2025, los países tienen que triplicar los impuestos al tabaco.
Si se logra esta reducción, se ahorraría un estimado de 200 millones de vidas a finales del siglo XXI, según estos expertos.
«Las estimaciones sugieren que triplicando los impuestos especiales se duplicaría el precio al por menor de productos de tabaco y se reduciría el consumo en un 40 por ciento en estas naciones».
Las ventas globales anuales de tabaco han aumentado en los últimos 25 años, pasando de cinco millones de cigarrillos a seis billones, según estimaciones de la OMS.
Una tonelada de tabaco produce 1 millón de cigarrillos y provoca una muerte. Los beneficios globales de la industria tabacalera son iguales a alrededor de 10.000 dólares por muerte. Los esfuerzos mundiales por reducir el tabaquismo deben contrarrestar las tácticas y los grandes presupuestos de las empresas tabacaleras que les permiten utilizar la presión y el marketing para asegurar que los cigarrillos son asequibles.
«El Convenio Marco para el Control del Tabaco es un gran logro en la salud mundial. Ahora, es el momento de tomar medidas más enérgicas para poner en práctica sus importantes disposiciones. Si lo hacemos, podríamos esperar conseguir un número sin precedentes de vidas salvadas en las próximas décadas del siglo XXI», concluyen los autores.