El debate sobre los horarios laborales y la conciliación familiar está muy vivo este Primero de Mayo. Una de las propuestas que hay sobre la mesa es la de adaptarse al horario europeo. ¿Pero qué supondría esto exactamente?
Desde el Observatorio, Mujer, Empresa y Economía se ha hecho un estudio que concreta los beneficios de esta reforma horaria y que, según explica su directora, Anna Mercadé, consistiría en lo siguiente: “Se entraría a trabajar a las 8 o a las 9 de la mañana y se saldría a las 4 o a las 5 de la tarde; y al mediodía, habría media hora para comer.”
Entre las mejoras que supondría el hecho de adaptarse al horario laboral europeo destaca que habría menos presencialismo en el lugar de trabajo, más productividad para las empresas y concretamente en el caso de las mujeres, que podrían desarrollar su carrera profesional sin renunciar a la educación plena de los hijos. De hecho, el 39% de las empresas catalanas ya aplican este horario. También aportaría beneficios sobre la salud, ya que reduciría el estrés y se podrían aumentar las horas de sueño.
En ECOM, una empresa que se dedica a promover la inclusión de las personas con discapacidad física, hace años que apuestan por la flexibilización horaria. Por ejemplo, de los 5 días laborables, 3 son en jornada compactada y solo se trabaja dos tardes, las que los trabajadores escojan.
ECOM forma parte de la Red Nust, que promueve el Ayuntamiento, para la reorganización del tiempo en el trabajo. A través del debate se buscan nuevas fórmulas, como por ejemplo la de crear una banco de horas de trabajo, en el que cada trabajador decida, de acuerdo con la empresa, cuántas horas trabaja cada día, cada semana o cada mes y las compense al final de cada periodo.
Un gran pacto social que vaya más allá de la empresa
Tanto a través de la flexibilización como de la reforma horaria lo que parece claro es que, para implantarlo, es necesario un pacto que implique a toda la sociedad.
“La voluntad es de flexibilización y adaptarnos a las personas”, explica la gerente de la Federación ECOM, Marta Obdulia. “Ahora, para adaptarnos al horario europeo, si se hace, debemos adaptarnos todos, no solo las empresas. Deberán ir de la mano las escuelas, los horarios de los comercios etc. Que haya un cambio cultural muy grande, y tendremos que ver cómo se puede llevar a cabo.”
Es la misma conclusión que se extrae del estudio del Observatorio, Mujer, Empresa y Economía, que además añade otro elemento: “Nos tenemos que poner todos de acuerdo para que favorezca a hombres y mujeres y para poder ser más responsables en la educación de los hijos“, concluye Mercadé.