Japón ha decretado el nivel máximo de alerta tras la erupción de un volcán en la isla de Kuchinoerabu, situada en las islas Osumi, en el sur del país El Gobierno municipal ha asegurado que los 137 residentes de la isla se encuentran a salvo.
El monte Shindake, ubicado en el centro de la isla, entró en erupción poco antes de las 10.00 horas (las 3.00 horas en la España peninsular). Los flujos piroclásticos han alcanzado la costa noroeste de la isla, la zona ya tenía el acceso restringido después de la erupción registrada en agosto de 2014. La columna de humo y cenizas ha llegado a alcanzar una altura de 9.000 metros.
Las autoridades japonesas han ordenado evacuar a los 137 habitantes de la isla.
El magma escupido por el volcán llegó hasta una de las playas de la isla, sin que hayan registrado heridos de gravedad. Dos personas tuvieron que ser trasladadas en helicóptero hasta la vecina isla de Yakushima, un hombre de 72 años que sufrió quemaduras leves en la frente y otro de 80 años que se encontraba indispuesto.
Las autoridades de la isla cercana están coordinando la evacuación del resto y han enviado un ferri para trasladar a los vecinos.
Los habitantes de la isla podrían tardar meses e incluso años en regresar a la isla, como ocurrió con los residentes de la isla de Miyake (sur de Tokio), donde la erupción en el año 2000 de un volcán mantuvo a sus habitantes lejos de sus hogares más de cuatro años.
Kuchinoerabu, que tiene una superficie de unos 38 kilómetros cuadrados, es parte de la prefectura de Kagoshima y se sitúa a unos 100 kilómetros al sur de la isla de Kyushu, una de las cuatro principales del archipiélago japonés. En esta misma isla, una erupción volcánica provocó el 24 de diciembre de 1933 la muerte de varios residentes cuando riadas de lava enterraron aldeas.
