El Hospital de Sant Pau ensaya con éxito un método para reducir los síntomas de la esquizofrenia cuando los pacientes han agotado todas las posibilidades de tratamiento.
Una mujer de 47 años con esquizofrenia desde hace más de 20 ha sido la primera paciente en el mundo a quien se ha implantado electrodos en el cerebro para producir estimulación cerebral profunda y comprobar el efecto en los síntomas de la enfermedad.
Se trata de un proyecto pionero, del Hospital de Sant Pau, que quiere mejorar la calidad de vida de los pacientes que han agotado los tratamientos posibles para la esquizofrenia.
En este primer caso, los médicos han constatado que la paciente ya no sufre delirios ni alucinaciones, seis meses después de la intervención. Además, ha conseguido salir habitualmente de casa y relacionarse con su familia. El estudio se encuentra en fase preliminar y se realizará sobre 8 pacientes, en total.
