Después de cuatro días de viaje, el Tren del Peregrino salió ayer hacia Compostela, la meta del Camino.
Con medio centenar de kilómetros a las espaldas en las dos jornadas previas, los pasajeros que están realizando las etapas completas a pie se pegaron un nuevo madrugón para coger el autobús a O Pedrouzo y recorrer así los 20 últimos.
Grupos, familias, parejas y peregrinos solitarios del tren marcaron el paso a su medida para ir llegando a la meta: el Obradoiro. Allí volverían por la tarde para la última visita guiada por la basílica y sus alrededores, antes de emprender el viaje de regreso a Madrid.
El tren del peregrino salió a principio de este fin de semana Madrid. Once vagones, cincuenta y cinco dormitorios dobles y ni una plaza libre. Poco más de un centenar de personas han tenido el privilegio de subirse en el convoy turístico que partió de Madrid con destino a Santiago.
El recorrido efectuó paradas en las ciudades de Astorga, Ponferrada, Monforte, Ourense y finalmente, el domingo, en Santiago, para regresar el lunes a Madrid. Durante las mañanas, los viajeros pudieron elegir entre hacer un tramo del Camino a pie o en bicicleta, compartiendo la experiencia con los otros caminantes, o bien hacer turismo a su aire en las ciudades de la ruta jacobea. Y, por la tarde, tienen la opción de unirse a visitas guiadas u otras actividades.
El tren del peregrino se puso en marcha este mes por Renfe con cuatro salidas y forma parte del programa Galicia a todo tren, en el que participan -además de la red nacional de ferrocarriles- Turismo de Galicia y el Instituto Ourensán de Desenvolvemento Económico.
