Organizaciones de consumidores recomiendan revisar el estado de vehículos de alquiler para evitar sorpresas

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PRUEBA

Decenas de personas han acudido a asociaciones de consumidores porque se les han cobrado cargos, a veces de más de cuatrocientos euros, por daños que aseguran no haber producido

Durante las vacaciones, muchas personas optan por moverse en un vehículo de alquiler. La Asociación de Consumidores de Navarra Irache recomienda revisar y plasmar en un documento, sellado por la empresa, el estado del vehículo, tanto en la recogida como al devolverlo. Así se podrían evitar los problemas que han sufrido decenas de asociados a los que se les han cargado importes, en algunos casos de más de cuatrocientos euros, por daños que ellos aseguran no haber producido.

436 euros por daños que no ha provocado

Una pareja alquiló un coche de alquiler para volver del aeropuerto de Madrid, tras pasar sus vacaciones en un país centroeuropeo. Como llegaron a Pamplona más tarde de lo previsto, dejaron el coche en el aparcamiento de la empresa de alquiler y depositaron las llaves en el buzón, tal y como les habían indicado. Días después la persona que alquiló el vehículo vio cómo le habían cobrado 655 euros, una factura que triplicaba lo convenido.

Cuando llamó a la empresa, le explicaron que le habían facturado 436 euros porque la parte trasera de la carrocería del vehículo estaba rayada y tenía abolladuras, unos daños que la empresa atribuía al consumidor y que éste aseguraba que el vehículo no los tenía cuando lo dejó.

Le cobran cien euros más de lo que cuesta la reparación

En otro caso, una persona alquiló una motocicleta para pasar unos días en las islas Baleares. Al concluir sus vacaciones, devolvió el vehículo y ya en casa vio que la empresa de alquiler se había quedado los 150 euros de fianza. Al parecer decían que el cliente había provocado un raspado en la carrocería. Desde Irache se exigió la factura de la reparación, que finalmente era de cincuenta euros por lo que se devolvió al consumidor cien euros.

En otro caso, una persona alquiló un coche para ir desde Pamplona al aeropuerto de Bilbao, donde debía coger un vuelo. El alquiler le suponía 34 euros. Cuando llegó al aeropuerto, le dijeron que había provocado unos desperfectos en la manilla, por lo que le cobraron cincuenta euros.

Revisar el coche al recibirlo y hacer que conste cualquier desperfecto en el contrato

Para evitar este tipo de casos, es conveniente solicitar que, a la entrega del vehículo, un empleado de la compañía facilite un documento que certifique el coche está en el mismo estado en el que lo cogió el cliente. En este sentido, también es muy importante que el consumidor revise el coche cuando lo recibe para que, en caso de que tenga algún desperfecto anterior, quede reflejado en el contrato y no puedan luego responsabilizarle y hacerle pagar por ello.

La empresa carga el importe a la cuenta del cliente

Estos casos tienen el inconveniente añadido de que, generalmente, el consumidor ya ha facilitado sus datos bancarios o su tarjeta de crédito, lo que ha permitido que la compañía cargue los supuestos daños. Cuando el consumidor los descubre, a veces ya no puede echarlos atrás y para que se reintegren tiene que comenzar un proceso de reclamación. Es habitual que junto a los cargos por reparación se le sumen otros conceptos como gastos de gestión, que pueden suponer, por ejemplo, 50 euros más.

Cargos adicionales por gasolina o kilómetros de más

Junto a los problemas por los supuestos daños del vehículo, se dan otros, como los relacionados con el combustible. Algunos contratos especifican que el coche se entrega con el depósito lleno y que el consumidor debe devolverlo en el mismo estado. De no ser así, se le cobra, no sólo la gasolina que falta, sino un cargo adicional.

Otras veces el problema surge porque el consumidor ha recorrido más kilómetros que los permitidos, ya que en este aspecto algunos contratos determinan límites y penalizan cada kilómetro de más con un sobrecoste adicional que puede rondar los cuarenta céntimos, por ejemplo.

Penalización de 150 euros por no cumplir con la fecha de entrega

Además, el consumidor tiene que estar muy atento al día de la entrega. A un asociado se le recargó 150 euros porque se equivocó y devolvió el coche un día más tarde de lo acordado. También se añaden penalizaciones por entregarlo en una oficina de la empresa distinta de la prevista.

Si el consumidor es responsable de un accidente, probablemente tenga que pagar los daños del vehículo

En la mayor parte de los casos, el consumidor debe tener claro que, a no ser que contrate un seguro adicional con el encarecimiento del alquiler que éste suponga, el vehículo suele contar sólo con una póliza a terceros, por lo que, en caso de accidente, deberá soportar cualquier daño que haya provocado en el coche alquilado, si es responsable del siniestro. Así, a una persona se le cargó los 540 euros que había costado la reparación del coche alquilado tras un accidente con un autobús. Cuando, desde Irache se consiguió que el seguro del autobús se hiciese cargo de los daños, la empresa de alquiler devolvió el dinero al cliente.

Las averías por desgaste las debe pagar la empresa

Por su parte, es la empresa la que tiene que hacerse cargo de las averías que surjan en el vehículo por el desgaste ordinario, si bien generalmente los contratos obligan al consumidor a avisar a la empresa en las siguientes 24 horas. De hecho, si el consumidor arregla por su cuenta el problema, puede que luego la empresa reclame el pago.

Generalmente, las empresas de alquiler aplican un cargo adicional si hay más de una persona que conducirá el vehículo.

Leer detenidamente el contrato, incluidos posibles recargos y condiciones de devolución

Desde Irache se recomienda que, antes de alquilar un vehículo, se lea detenidamente todas las cláusulas del contrato, incluidas las exclusiones, posibles recargos y las condiciones de devolución. Asimismo es fundamental revisar el vehículo y no firmar hasta que cualquier desperfecto o daño esté incluido en el contrato y no se pueda hacer responsable de él al consumidor.