El Área de Salud, Seguridad y Emergencias está trabajando en un modelo para una Policía Municipal más próxima y cercana que mejore el servicio que presta a los ciudadanos. Una policía de proximidad física y una policía más sensible hacia las minorías sociales, víctimas de la violencia de género o delitos de odio.
Las líneas básicas que se han marcado y que deben guiar la modificación del nuevo modelo son:
Un servicio integral. Las actuaciones de Policía Municipal estarán vinculadas a otros servicios de atención a la ciudadanía (emergencias, trabajo social, tratamiento de la violencia de género, ámbito de la educación…)
La prevención. Se dará prioridad a una política de seguridad preventiva que se soporte en programas educativos, de reinserción y reintegración social que detecte y resuelva situaciones que puedan conducir al delito.
Todo ello, como es obvio, dentro del marco del respeto a la legalidad.
Para dar respuesta a las necesidades y demandas ciudadanas, y en especial de los colectivos más vulnerables, se crearán varias unidades especiales. Una de ellas estará destinada a frenar los delitos de odio que puedan surgir por razón de sexo, raza, pertenencia a un partido político, etc. Otra de las unidades, con la especialización y el personal adecuados, desarrollará técnicas de mediación a la hora de atender potenciales conflictos que puedan perturbar la seguridad pública.
Se ampliarán los recursos para que los agentes tutores detecten a las personas en situación de desprotección, se incrementará el número de policías ciclistas por su eficacia y cercanía al ciudadano y se elaborará una guía de asesoramiento con información sobre derechos, direcciones y teléfonos de servicios de referencia. En coordinación con el Cuerpo Nacional de Policía se establecerá un protocolo para recibir las solicitudes de asilo y refugiado en las OACs (Oficinas de Atención Ciudadana).
Para gestionar de forma eficiente y transparente el Cuerpo de Policía Municipal se creará un nuevo organigrama bajo los principios de racionalidad, experiencia y servicio público. Se descentralizará la gestión de la seguridad para potenciar la toma de decisiones de las Unidades de Distrito y se remunicipalizarán algunos servicios que ahora están externalizados como la vigilancia de edificios municipales, una labor que ahora fundamentalmente realizan empresas privadas. En este sentido se está estudiando la posibilidad de que policías no operativos desarrollen parte de estas tareas.
Desde esta Área se está trabajando en la elaboración de una nueva Ordenanza Municipal de Convivencia -ya que la que está en vigor es de 1948 y ha quedado obsoleta- y en ella la participación de la Policía Municipal será fundamental. El objetivo de esta ordenanza será ayudar a prevenir y resolver conflictos y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos