El 19 de octubre es el Día contra el Cáncer de Mama, que afecta cada año a muchas mujeres. La detección precoz es fundamental para combatirla, y una de las armas son los programas de cribado mediante mamografía, una prueba controvertida en la que falta información clara y veraz, según informa la OCU.
El cáncer de mama es uno de los tumores malignos más frecuentes. Se calcula que una de cada 10 mujeres españolas lo sufrirán. De hecho, en España se detectan unos 25.000 casos anuales. En los últimos años se ha avanzado mucho tanto en técnicas de diagnóstico como en tratamientos contra el cáncer de mama.
Un elemento clave en la detección precoz son los programas de cribado mediante mamografía. OCU siempre los ha recomendado, aunque el estado actual de la evidencia científica nos hace extremar la prudencia por sus posibles efectos adversos, como los falsos positivos y la localización de pequeñas lesiones que nunca se hubieran manifestado. Por esa razón, consideramos que lo más importante es que la mujer sea bien informada y actúe según crea conveniente.
El cáncer de mama es el más frecuente entre la población femenina. Es la primera causa de mortalidad por cáncer en mujeres. Además de la edad, los principales factores que pueden incrementar el riesgo de padecer un cáncer de mama son:
Antecedentes familiares.
Pubertad precoz o menopausia tardía. Suponen una mayor exposición a los estrógenos, ligados al cáncer de mama.
Sustitución hormonal: el recurso a la sustitución hormonal tras la menopausia en un periodo prolongado es un factor de riesgo.
Consumo excesivo de alcohol.
Falta de actividad física.
Obesidad.
La detección precoz es un arma fundamental para combatir el cáncer de mama. Es importante actuar rápidamente. Por eso, ve directamente al médico si notas alguno de los signos de alarma:
Un bulto en la mama o axila.
Una de las mamas cambia de forma o tamaño.
El pezón se retrae o excreta sangre u otro líquido.
La piel de la mama aparece alterada o repentinamente adquiere un aspecto extraño.
Una de las herramientas usadas para combatir el cáncer de mama son los programas de cribado (pruebas que se hacen a un grupo de población sana para detectar la enfermedad antes de que se haya manifestado) mediante mamografía. Se recomienda oficialmente realizar mamografías cada dos años a las mujeres entre 50 y 69 años.
Según una reciente encuesta de OCU el 83 % de las mujeres se hacen una mamografía antes de esa edad, y dos de cada cuatro no son informadas de los riesgos. Esa es la realidad, y ante eso no podemos estar conformes, pues las últimas evidencias científicas indican que con el cribado del cáncer de mama mediante mamografía hay que ser prudente:
La propia prueba supone una dosis de radiación.
Los falsos positivos, muy probables en mujeres antes de la edad oficialmente recomendada, generan ansiedad y obligan a someterse a pruebas innecesarias y con efectos adversos.
Se detectan pequeñas lesiones que nunca se hubieran manifestado de no haberse hecho la prueba pero que dan lugar a tratamientos que tienen un alto coste físico y emocional.
En todo momento hablamos de cribado de mujeres sanas, no de mujeres que hayan notado alguna alteración en sus mamas o en las que debido a sus antecedentes personales o familiares se recomienden controles específicos.
El debate científico sobre la conveniencia o no de seguir promoviendo este cribado está abierto y a día de hoy no hay ninguna conclusión. Unos especialistas son partidarios de introducir una moratoria, otros piensan que pese a los riesgos, el beneficio sigue compensando. Pero de lo que no cabe duda es de que a los ciudadanos no se les debe considerar incapaces de decidir por sí mismos: es necesario que se les den todos los datos y sean las propias interesadas, de forma libre e informada, las que decidan.