Los niños y niñas apátridas en todo el mundo comparten los mismos sentimientos de discriminación, frustración y desesperación, revela un nuevo informe de ACNUR, advirtiendo que los problemas que sufren los menores apátridas pueden mantenerse durante la edad adulta.
Este estudio que se ha llevado a cabo por primera vez en distintos países y que recoge la opinión de niños y niñas apátridas, refleja que los problemas comunes a los que se enfrentan afectan profundamente a sus posibilidades de disfrutar de su infancia, de llevar una vida saludable, de estudiar y de hacer realidad sus sueños.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres, destacó que el informe, difundido un año después del lanzamiento de la campaña #IBelong para Erradicar la Apatridia en 2024, resalta la necesidad de poner fin al sufrimiento de los niños y niñas apátridas en un mundo donde, casi cada 10 minutos, nace un niño o niña apátrida.
En el informe, los menores hablan sobre los duros desafíos a los que se enfrentan al crecer, muchas veces al margen de la sociedad y privados de los derechos de los que disfrutan la mayoría de los ciudadanos. Ellos explican que a menudo son tratados como extranjeros en el país en el que han vivido toda su vida.
Con frecuencia, a los jóvenes apátridas se les niega la oportunidad de recibir certificados de estudios, de ir a la universidad o encontrar un trabajo decente. Pueden sufrir discriminación y abusos por parte de las autoridades y son más vulnerables a la explotación. La falta de nacionalidad suele condenarlos, a ellos y a sus familias y comunidades, a permanecer pobres y marginados durante generaciones.
ACNUR insta a que haya cada vez más países los que apoyen la campaña para erradicar la apatridia, lanzada el 4 de noviembre de 2014. Desde entonces, diversas iniciativas y acciones regionales por parte de los Estados han fomentado el compromiso de la comunidad global con la campaña.
ACNUR insta a todos los Estados a tomar las siguientes medidas:
• Permitir que los niños y niñas obtengan la nacionalidad del país donde nacen si, de otra forma, se convertirían en apátridas.
• Reformar las leyes que impidan a las madres transmitir la nacionalidad a sus hijos en igualdad de condiciones que los padres.
• Eliminar las leyes y prácticas que priven a los niños y niñas de la nacionalidad por su etnia, raza o religión.
• Garantizar el acceso universal al registro de nacimientos para prevenir la apatridia.