El trabajo en las obras de Santo Adriano de Tuñón aporta relevantes datos históricos

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PRUEBA

El seguimiento realizado por Patrimonio en la iglesia prerrománica saca a la luz información de gran valor sobre la construcción del monumento. El equipo de arqueólogos documenta la presencia de inhumaciones en fosa y tumbas de la época medieval y el rescate de interesantes ajuares en relación con los enterramientos.

Las actuaciones acometidas por la Consejería de Educación y Cultura en la iglesia de Santo Adriano de Tuñón durante los dos últimos años han aportado información de relevancia sobre la construcción del templo, tal y como se desprende de los trabajos promovidas por la Dirección General de Patrimonio Cultural y de los que es responsable el arqueólogo Sergio Ríos. En concreto, los frutos de la intervención arqueológica de seguimiento de las obras han sido la obtención de datos de gran valor acerca de la historia constructiva del edificio, la documentación de los restos de una construcción exenta de la iglesia, la constatación de la presencia de varias inhumaciones en fosa y tumbas de la época medieval, y el rescate de interesantes ajuares en relación con los enterramientos.

Las obras en Santo Adriano de Tuñón tenían como objeto la construcción de los drenajes en la fachada norte de la iglesia, para lo que se hizo necesaria la retirada de las tumbas contemporáneas y su realojamiento en los nichos que se dispusieron adosados al muro de cierre del cementerio parroquial. Como consecuencia de la exhumación de los enterramientos contemporáneos en nichos y fosas, y del consiguiente movimiento de tierras en el cementerio, se descubrió que la finca alberga restos arqueológicos vinculados con la fundación altomedieval y con el desarrollo de las dependencias canoniales, a partir del siglo XII. También afloraron los primeros testimonios de la ocupación funeraria histórica, que estaba oculta por la superposición de enterramientos de los siglos XIX y XX. Por este motivo, Patrimonio dispuso un seguimiento arqueológico mientras duró la actuación de retirada y traslado de tumbas.

La directora general de Patrimonio Cultural, Otilia Requejo, confirma que “la excavación permitió obtener datos de gran valor acerca de la historia constructiva del edificio”. Así, se pudo documentar arqueológicamente que el edificio original contó con una capilla lateral por el lado norte, y que a esta etapa fundacional (año 891) le sucedió un importante proceso de ruina, que obligó a la reconstrucción prácticamente integral de toda la fachada septentrional. Estas obras antecedieron a la reconsagración del templo llevada a cabo en el año 1108, fecha de la que hay constancia gracias a la lápida empotrada en el arco que da acceso a la capilla del lateral meridional. A esta reconstrucción le sucedió una segunda reparación, que muy probablemente se inscribió también en el medievo. Los trabajos han permitido también documentar los restos de un edificio exento (que probablemente haya que vincular con los canónigos que gobernaron el templo) y la presencia de varias inhumaciones en fosa y en tumbas de lajas de época medieval. Finalmente, se han recuperado interesantes ajuares en relación con alguno de los enterramientos.