Comienza la restauración del invernadero del parque de la Ciutadella de Barcelona

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PRUEBA

La restauración se centra en el edificio del invernadero —compuesto por la nave Magnòlies, la nave central y la nave Picasso—, en concreto, de los revestimientos interiores, la carpintería y los cristales, dañados por el paso de los años. Se prevé que estas actuaciones, que tienen en cuenta el carácter patrimonial del edificio, acaben en julio del 2016, y se desconoce aún el uso público que se dará al espacio.

Esta semana han comenzado las obras de restauración del invernadero del parque de la Ciutadella, que tienen un presupuesto de 802.871,57 euros. El objetivo es recuperar el esplendor perdido en los últimos años, dado que, a pesar de las remodelaciones parciales de 1985 y 1995, el estado de conservación del edificio ha ido empeorando. En esta remodelación se tratarán los revestimientos interiores del invernadero, aunque también se realizarán mejoras exteriores en los canales y otros elementos no visibles. Las actuaciones son necesarias para poder volver a realizar actividades en su interior, las cuales deberán tener en cuenta su carácter patrimonial.

Para la comisionada de Ecología, Eva Herrero, “era una acción necesaria, porque desde el 2009 no se actuaba en esta construcción, y el edificio se iba deteriorando” y ha recordado: “Es un edificio patrimonio de la ciudad.” En cuanto a las plantas del invernadero, desde 1995 se han ido aportando plantas de climas cálidos, especialmente variedades de Dracaena y ficus, que se mantienen durante las obras actuales con un sistema especial de protección. En este sentido, el responsable de obras y de proyectos de Espacio Verde del Ayuntamiento de Barcelona, ​​Lluís Capilla, ha explicado: “Se han envuelto con unas mallas especiales para evitar tocarlas. Era preferible mantenerlas y no trasplantarlas, porque habrían sufrido más.” El suelo también se ha protegido para evitar la compactación con el proceso de la obra, en el transcurso de la cual se regará para hidratar la vegetación y limpiar el polvo acumulado.

El invernadero, un edificio histórico

El edificio del invernadero data de los años 1883-1887 y fue construido con motivo de la Exposición Universal de 1888 por el arquitecto Josep Amargós i Samaranch. En los años veinte del siglo XX, formó parte, junto con el Museo de Geología, el de Zoología y el umbráculo, del conjunto que la junta del museo quería convertir en Museo de Ciencias Naturales de Barcelona. Es el único invernadero de plantas monumental de la ciudad y tiene una calificación urbanística de parque y jardín urbano de carácter local con un nivel de protección B: bien cultural de interés local, que exige su mantenimiento integral.

El edificio del invernadero está formado por 3 naves longitudinales (2 laterales y 1 central, más alta) de estructura vertical formada por grandes pilares macizos de obra cerámica, que alternan con grandes huecos de carpintería sostenidos por pilares metálicos metálicos de fundición. A lo largo de la historia, el invernadero ha pasado por diferentes estados de conservación.