‘El asesino indeleble’ es una novela negra inteligente y lucida, que se presenta sugerente gracias a personajes que escapan a los estereotipos del género. Una obra compleja que atrapa de principio a fin.
El asesino indeleble del experimentado autor Marcos Nieto Pallarés, cuyos éxitos anteriores El destino del incorpóreo o Renacer, lo colocan dentro de las grandes promesas de las letras españolas, es una novela que viene a engrosar uno de los géneros estrella de los últimos tiempos, la novela negra con tintes psicológicos.
Estructurada en dieciocho capítulos cortos, como manda la tradición norteamericana, El asesino indeleble es una historia repleta de misterios, claros y sombras, dolor y amor, que abocará a sus personajes a un destino «inevitable» que, junto con la complicidad del lector, se irán aclarando página a página.
Si bien la novela comparte todas las claves del género, Hard boiled definido por Raymond Chandler, en la que la resolución del misterio no es el objetivo principal y los argumentos son la división entre buenos y malos de los personaje,s se difumina y la mayor parte de sus protagonistas son individuos derrotados y en decadencia en busca de la verdad o, cuando menos, algún atisbo de ella. El asesino indeleble aporta inteligencia, lucidez a una historia que, pese al temor de caer en spoiler, se presenta sugerente gracias a personajes, como el protagonista y narrador o su coequiper, el siempre presente contrapunto cervantiano, que escapan a los estereotipos del género.
Marcos Nieto Pallarés sabe de lo que habla, escritor esculpido en las tramas complejas, sus estructuras narrativas son sencillas en la medida en que no deja escapar al lector del nudo que él mismo ha creado por medio de un lenguaje veraz, que sirve a su vez, sobre todo en la escenificación de los diálogos, para trasladarnos a un escenario donde la violencia es un reflejo inconexo de las decisiones, acertadas o no, de cada uno y del mundo en que nos toca vivir.
De sus propias palabras, «ser duro no significa que un hombre no pueda ser profundo, romántico o bueno. Incluso, por un bien mayor, a veces se le puede consentir el que haga sufrir a otros. Y un detective, por supuesto, ha de ser inteligente; y más cuando se le adjudican los casos más complicados, como este». Es decir, aquella difusa línea roja que separa el bien del mal, de la que Chandler siempre hablaba. Y sin ir más lejos, en El asesino indeleble no encontrará el lector personajes «puros», todos, a su manera, habitan con un pie en el purgatorio y otro en el infierno… aunque nuestro detective termine venciendo a sus propios demonios.
Por todo esto El asesino indeleble es una excelente propuesta para los amantes del suspense y la emociones intensas, que no defrauda ni por un segundo.