Una sentencia del Tribunal Supremo, aplicando una ley de 1908, considera abusivos los préstamos con intereses que superen el doble de la media del mercado, lo que afecta directamente a préstamos rápidos y tarjetas de crédito.
El Tribunal Supremo ha dado un revés a las entidades financieras aplicando una ley de 1908 sobre la represión de la usura. Según dicha ley, «los contratos de préstamo que superen notablemente el interés medio del mercado deben ser considerados nulos», por tratarse de prácticas que pueden ser consideradas como usura. Esto afecta directamente a los préstamos rápidos y a las tarjetas de crédito, pero no sólo.
El caso que ha hecho al alto tribunal tomar esta decisión a favor del prestatario ha sido el de Manuel C.S. que, en el año 2001, solicitó un préstamo personal revolving de 25.000 euros con el Banco Sygma Hispania. En el año 2009, después de haber pagado al banco cerca de 32.000 euros, el banco aún le exigía más de 12.000 euros. Manuel dejó de pagar las mensualidades y la entidad financiera los llevó a los tribunales, ganando varias batallas en distintos juzgados de Cataluña.
El afectado recurrió entonces al Tribunal Supremo que, tras la evaluación del caso, aplicó la citada ley de 1908 y dictó que Manuel sólo estaba obligado a devolver la cantidad que el banco le había prestado, pudiendo incluso exigir la devolución de los intereses pagados de más.
Aunque la ley no especifica cantidades concretas a partir de las que puede considerarse como usura un porcentaje de interés en un préstamo, el tribunal consideró este límite en el doble del interés medio del mercado. En el caso de Manuel, la entidad le aplicó casi un 25% de interés, situándose el interés medio durante ese periodo por debajo del 10%, por lo que podía considerarse, según el tribunal, como abusivo.
Préstamos rápidos y tarjetas de crédito en el punto de mira
Desde el comparador de minipréstamos online dinero-rapido.eu, alertan de que esta sentencia puede hacer que se lleguen a invalidar muchos contratos firmados por entidades financieras que ofrecen préstamos urgentes. Aplicando la Tasa Anual Equivalente, que suele ser utilizada para comparar entre distintos productos financieros, estos métodos de financiación a corto plazo pueden llegar a tener más de un 4.000% TAE.
Además, la mayoría de tarjetas de crédito ofrecidas por los bancos también se verían afectadas, ya que muchas de ellas aplican tipos de interés superiores al 20% TAE. Pero no sólo estos productos serían objeto de invalidación según la citada ley, por ejemplo, las comisiones aplicadas por descubiertos en cuenta corriente, que pueden llegar a ser de 20 o 30 euros por unos pocos días de número rojos, equivaldrían a un TAE astronómico.
La TAE no es una buena referencia para los minipréstamos rápidos
Los minicréditos suelen ofrecer cantidades de menos de 500 euros con vencimientos a un mes. Para un préstamo de 100 euros aplican una comisión de 25 o 30 euros. Se trata de préstamos que se ofrecen con pocos requisitos y en los que la entidad prestamista asume un riesgo elevado, haciendo que los honorarios sean elevados, ya que se asume una mayor morosidad. Si las entidades tuvieran que aplicar una TAE acorde al mercado, supondría tener que cobrar cantidades inferiores a 1 euro por un préstamo de 100 euros a 30 días, lo que no llegaría ni a cubrir los gastos de gestión de la operación.
Esto hace que no sea coherente aplicar las mismas varas de medir a préstamos de varios meses o años de duración, por cantidades elevadas de dinero, que a pequeños préstamos de corto plazo. Si bien es cierto que los minipréstamos rápidos pueden tener en muchos casos unos intereses muy altos, lo correcto sería crear una regulación específica que los controle, considerando sus circunstancias especiales.
Se trata de un tipo de producto financiero que cubre un sector de demanda cada vez mayor. Los pocos requisitos y facilidades para obtenerlos han convertido a los créditos rápidos en una forma de obtener dinero cada vez más utilizada. Hay que incidir en el hecho de que no se debe abusar de ellos, pero en casos puntuales de necesidad pueden resultar muy útiles.