Agentes de la Policía Nacional han detenido a un hombre que engañaba a menores en Internet para conseguir fotos íntimas suyas y amenazarlas posteriormente con su difusión si no accedían a tener conversaciones íntimas. Contactaba con sus víctimas a través de redes sociales diciendo tener 16 años y les hacía creer que estaba haciendo un trabajo de anatomía para que le enviasen fotografías comprometidas.
La investigación comenzó hace cuatro meses con la denuncia de los padres de una menor de Alicante, que habían encontrado en el teléfono de su hija unas fotografías de contenido sexual. Al parecer, la víctima estaba sufriendo extorsiones y amenazas por parte de una persona con la que había contactado a través de redes sociales, haciéndose pasar por un menor de 16 años. Tras unos días de intercambio de mensajes y una vez ganada su confianza, le pidió su número de teléfono para seguir en contacto. Después le hizo creer que estaba realizando un trabajo de anatomía, pidiéndole fotografías de distintas partes del cuerpo. Transcurridas unas semanas, consiguió que la menor le mandase varias imágenes desnuda.
Una vez obtenidas las fotografías destapó su falsa identidad y comenzó a amenazar a la menor con difundirlas en caso de que no le enviara otras de carácter sexual.
Como resultado de las pesquisas, los agentes identificaron al autor, que tenía su domicilio en la ciudad de Gerona y contaba con antecedentes por delitos sexuales. Ante la sospecha de que esta persona podría estar haciendo lo mismo con otras menores, los policías actuaron rápidamente y le detuvieron en esta ciudad.
Igualmente se realizó un registro en su domicilio, donde se intervino material informático con multitud de archivos de contenido pedófilo y gran cantidad de información sobre los hechos que se estaban investigando. Los agentes identificaron a tres víctimas más, también menores de edad, con las que estaba haciendo lo mismo y que no habían denunciado los hechos por el temor y la vergüenza que les provocaba la posibilidad de que las fotografías fueran difundidas en Internet.
Los investigadores descubrieron que esta persona utilizaba gran cantidad de perfiles falsos creados para la comisión de sus delitos. Además, para intentar eludir la acción policial, usaba programas de encriptación y borrado para dificultar en la medida de lo posible su posterior rastreo.