Apuesta por la creación de un centro logístico de cercanía que sirva como base para la distribución de mercancías mediante vehículos especiales 100% eléctricos, evitando así la circulación de vehículos medios y pesados por el centro urbano
El alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, se ha reunido con representantes del Colegio de Empresistas y la Universidad de Cantabria, impulsores de un proyecto piloto para la creación de un nuevo modelo de reparto de mercancías en dos zonas del centro urbano de Santander.
Durante el encuentro, en el que también han participado empresas colaboradoras del proyecto, el regidor santanderino ha podido conocer los detalles del estudio que analiza los intereses de los agentes implicados (transportistas, receptores, residentes, externos y administración), y plantea posibles soluciones para mejorar la situación actual de la distribución de mercancías en la ciudad.
De la Serna ha asegurado que el Ayuntamiento favorecerá la implantación de cualquier iniciativa que contribuya a crear una ciudad y una movilidad más sostenible tal y como establecen los objetivos del Plan de Movilidad Sostenible.
Concretamente, el proyecto se aplicaría en dos zonas del centro, una comprendida entre Jesús de Monasterio, San Luis y Calle Burgos, y otra entre Isabel II, Lealtad, Calle Cádiz y Calderón de la Barca.
Así, una de las principales conclusiones ofrece como solución la creación de un centro logístico de cercanía ubicado a la entrada de la ciudad, -se baraja la zona de Antonio López hacia el Puerto-, que serviría como base para la distribución mediante vehículos especiales 100% eléctricos con recorridos cortos de alta frecuencia. La implantación de esta base evitaría la circulación de vehículos medios y pesados en la corona del centro urbano.
Según sus impulsores, este modelo de distribución urbana puede reducir los costes operacionales y los tiempos de reparto de los transportistas, mejorando además el servicio de entrega a los receptores de la mercancía.
Este proyecto piloto busca además reducir los residuos comerciales en las calles del centro urbano y la huella de carbono.
El estudio previo concluye que aumentaría el valor del suelo y mejoraría la habitabilidad, al reducir la congestión del tráfico, permitir la creación de nuevas plazas de aparcamiento y favorecer la peatonalización.
De la Serna ha afirmado que esta experiencia podría integrarse en la smart city y favorecer la generación de nuevas oportunidades de negocio.