El sobrepeso y la obesidad afectan a las posibilidades de concebir un hijo

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PRUEBA

Numerosas investigaciones demuestran que el sobrepeso está directamente relacionado con determinados problemas de fertilidad tanto masculina como femenina.

Numerosas investigaciones demuestran que el sobrepeso está directamente relacionado con determinados problemas de fertilidad tanto masculina como femenina: entre la población femenina uno de los principales motivos de esta relación es que el exceso de peso se relaciona con diferentes trastornos hormonales que inciden en la ovulación.

Más allá de los cambios hormonales, existen otros problemas asociados al sobrepeso que afectan a la concepción y a las posibilidades de llevar a término un buen embarazo, como por ejemplo la llamada enfermedad del síndrome de ovario poliquístico, el hipotiroidismo y el exceso de estrógenos, entre otros.

El sobrepeso afecta a la fertilidad y, a su vez, aumenta su incidencia con la obesidad -se considera obesidad cuando una persona tiene un IMC (Índice de Masa Corporal) igual o superior a 30. Según una investigación médica (1), una mujer con un IMC de 35 tiene hasta un 26% menos de posibilidades de tener un embarazo espontáneo que aquellas mujeres que presentan un peso saludable.

Además, el sobrepeso también afecta al éxito de tratamientos de fertilización in vitro: a mayor IMC, menores posibilidades de éxito de la FIV (fecundación in vitro). Por otro lado, entre la población masculina se estima (2) que por cada 10 kilos de sobrepeso se reduce un 10% la fertilidad.

Tratamientos para la obesidad no invasivos para mejorar el estado general de salud y las posibilidades de concebir un hijo

En este sentido, el tratamiento de la obesidad y la pérdida de peso en pacientes femeninas con obesidad tiene una clara y directa incidencia sobre su estado de salud y sobre su fertilidad. Las pautas básicas para la pérdida de peso son claras: unos hábitos alimenticios adecuados y controlados de un lado, y realizar algún tipo de actividad física de forma regular por el otro. Sólo de esta forma una mujer puede perder peso y mantener estable su metabolismo y su ciclo menstrual, evitando desórdenes hormonales.

Cuando dichas medidas no sean suficientes para conseguir perder peso, cabe valorar el recurrir a tratamientos no quirúrgicos para la pérdida de peso, como el Balón Intragástrico o el Método POSE y ponerse en manos de especialistas médicos en el tratamiento de la obesidad. Según el Dr. Román Turró, especialista miembro del equipo médico encabezado por los doctores Jorge C. Espinós y Jesús Turró, especialistas en endoscopia digestiva y expertos en el tratamiento de la obesidad mediante técnicas endoscópicas, «una gran parte de las pacientes en edad fértil que acuden a nuestra consulta deciden perder peso por indicación médica antes de ser madres cuando se presentan problemas de infertilidad».

En pacientes tratadas con Balón Intragástrico, el promedio de pérdida de peso es de alrededor de 20-22 kg y en el caso del Método POSE, un año después de la intervención, la media de peso perdido se sitúa cerca del 20% del total de la paciente (3). Esta pérdida de peso permite en muchos casos que las mujeres se queden embarazadas con mayor facilidad una vez acabado el tratamiento», añade.

De este modo, en los últimos años, el porcentaje de mujeres menores de 40 años que han decidido llevar a cabo un tratamiento específico para combatir el sobrepeso ha aumentado en un 20%. La mejora en la calidad de vida, tanto como los deseos de ser madre, son los principales motivos de este aumento.

Recientemente, el mismo quipo médico presentó Congreso Internacional de Cirugía de la Obesidad (IFSO’ 2015) los resultados (4) de un estudio interno llevado a cabo en relación a la mejora de problemas de infertilidad y por lo tanto a la posibilidad de ser madre después de perder peso con el Método POSE.

Por último, cabe destacar que el sobrepeso no sólo afecta a la concepción sino también al desarrollo del embarazo, del parto y de la salud del futuro bebé. El exceso de peso aumenta las posibilidades de que se produzca un aborto espontáneo y diferentes complicaciones durante el embarazo. Por ejemplo, el riesgo de muerte fetal e infantil es entre 2 y 3 veces superior entre mujeres con obesidad que logran el embarazo (5). El autismo y mayores de posibilidades de que el bebé sea obeso en su niñez también se asocian con el sobrepeso de la madre.

En definitiva, ante el deseo de ser madre, tratar un problema de sobrepeso previamente es una buena forma de minimizar riesgos y aumentar las opciones de convertir la concepción en una realidad.