Agentes de la Policía Nacional han liberado a una mujer víctima de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. La joven había sido captada en su país de origen, Rumanía, por el método del «lover boy» por un hombre con el que empezó una relación sentimental y le hizo creer que vendría a España a conocer el país. Una vez aquí, la despojó de su documentación y del teléfono móvil, golpeándola repetidas veces cuando trató de marcharse de su lado al darse cuenta de cuál era su situación real.
Las investigaciones han permitido a la Policía averiguar que los explotadores planeaban vender a la joven a una persona afincada en Suiza, donde continuaría su explotación. Los agentes han detenido a cuatro personas, tres de nacionalidad rumana y otro marroquí, siendo uno de ellos menor de edad y sobre quien pesaba una Orden Europea de Detención y Entrega.
Todo comenzó el pasado mes de octubre, cuando una ciudadana rumana se presentó en la comisaría del distrito madrileño de Ciudad Lineal para denunciar haber sido víctima de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. De forma inmediata se inició una investigación por parte de agentes especializados en la materia para comprobar todo lo declarado por la víctima.
La mujer explicó a los agentes que había conocido a un hombre en Bacau (Rumanía), comenzando una relación sentimental con él. Poco después le dijo que quería venir a conocer España y la invitó a acompañarle. La joven había accedió y se trasladó hasta nuestro país junto con él y un amigo de éste.
Ya en España se dirigieron a la localidad de Cunit (Tarragona), a la casa de otros dos amigos de los anteriores, uno de ellos también rumano y menor de edad y el otro de nacionalidad marroquí, quien tras abusar de la víctima comenzó a realizar llamadas invitando a otros «clientes» a acudir al lugar para mantener relaciones sexuales con ella. En una de esas conversaciones, la joven pudo escucharle hablar sobre la posibilidad de venderla a una persona localizada en Suiza.
Logró escapar en Madrid
La mujer explicó todo lo ocurrido a su novio y le dijo que quería abandonar ese lugar. Entonces, el joven que estaba negociando la venta les amenazó de muerte diciéndoles que «había que cuidar a la chica» ya que esperaba obtener importantes beneficios con ella. Esta situación propició que la chica, su supuesto novio y el amigo de éste huyeran a Madrid. Durante el viaje la joven preguntó repetidas veces a los dos hombres si ellos sabían que iba a ser obligada a ejercer la prostitución, sin recibir respuesta alguna.
En Madrid averiguó finalmente que ambos estaban al corriente. Además, su documentación y su teléfono móvil ya no se encontraban en su bolso, y comenzó a ser golpeada por su novio cuando le dijo que se lo devolviera para volver a Rumanía. Como pudo salió huyendo por las calles de Madrid, ciudad totalmente desconocida para ella, hasta que una mujer la encontró deambulando y la acompañó hasta la comisaría de Policía más próxima.
Tras las declaraciones de la víctima, la Policía detuvo a los dos hombres, y, a través de las UCRIF de Madrid y Tarragona, coordinadas por la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, se realizaron las gestiones necesarias para la localización y posterior detención de los dos explotadores que residían en Tarragona.