Las camisetas personalizadas forman parte de nuestro día a día. Si no existieran, el mundo no sería tal y como lo conocemos. La camiseta es la prenda más utilizada del planeta, independientemente del lugar de nacimiento, edad o condición. Si no hubieran existido, el mundo no sería tal y como lo conocemos.
Sin camisetas personalizadas, la moda se habría resentido y muchas tendencias serían distintas a lo que son ahora. ¿En qué prenda podrían inspirarse los grandes diseñadores para hacer sus mejores creaciones? ¿Y dónde estamparían el logotipo de su firma para crear tendencia en la calle? Es más, sin camisetas, algunos movimientos de los años 60, como el hippie, no hubieran tenido razón y ser, y el signo de la paz mezclado entre flores de colores es probable que jamás hubiera existido. No sabemos cómo habrían transcurrido los acontecimientos derivados de aquella época, pero lo más probablemente es que la historia se hubiera escrito con un guión diferente.
Por otra parte, si no hubieran existido las camisetas personalizadas es probable que alguna banda de rock no hubiera sobrevivido, ya que muchas de ellas, como Ramones, tienen en la estampación de camisetas una de sus principales fuentes de ingreso. Hoy en día, la piratería y las grandes tiendas de música digitales han hecho bajar notablemente los ingresos de los músicos. Sin estos pequeños extras, muchos de ellos no hubieran podido organizar sus grandes giras nacionales o internacionales.
¿Qué ocurriría también con las campañas de sensibilización si no hubiera existido la estampación de camisetas? ¿Qué otra manera hubiéramos elegido para transmitir al mundo nuestro mensaje? Y yendo un poco más lejos, sin los divertidos eslóganes que ponemos en las camisetas personalizadas, tampoco la gente podría saber lo ingeniosos, sarcásticos o jocosos que somos, ni tampoco podrían identificarnos como amantes de una determinada serie de televisión o película.
¿Cómo habría evolucionado la ropa que utilizamos para dormir o para estar cómodos en casa si no hubiéramos tenido camisetas a mano? ¿Y con qué habríamos hecho pañuelos, diademas o cinturones en nuestra adolescencia? Afortunadamente, solo tenemos que abrir nuestro armario para darnos cuenta de que imaginarse un mundo sin camisetas solo es un mal sueño.