Un encierro a caballo y a campo abierto, mal planteado, mal gestionado y con parcas medidas de seguridad, se ha unido a la imprudencia de un hombre que se colocó en zona prohibida para saldarse con dos heridos con pronóstico «muy grave» que son un padre y su hijo, corneados tras escaparse dos astados.
Con pronóstico «muy grave» se encuentran el padre de 78 años, de iniciales J.B, y el hijo de 51, de iniciales J.M.B., que fueron corneados durante el encierro a caballo, según el doctor Crespo.
El padre ha sufrido dos cornadas, una en el muslo derecho y otra en el gemelo izquierdo. La cornada del muslo derecho tiene, a su vez, tres trayectorias de 20, 15 y 20 centímetros. En el gemelo tiene una cornada de 20 centímetros con dos trayectorias.
Su hijo, que acudió en su ayuda cuando ante un reclamo al toro, estando el hombre encaramado en una débil valla de alambre y en zona prohibida, fue atacado por el astado repetidamente, tiene una cornada en el muslo derecho de 20 centímetros con tres trayectorias de 30, 20 y 15 centímetros.
En el trayecto de la cornada han resultado afectados el fémur, la tibia y la articulación de la rodilla y en otra de las trayectorias el cuerno llegó hasta el recto.