La Policía Nacional ha desmantelado en la provincia de Toledo un completo centro de producción de moneda falsa que contaba con material para imprimir más de 2.000.000 de euros en billetes de 50 falsificados.
Se trata del laboratorio más importante de los actualmente en funcionamiento en nuestro país, tanto por la calidad como por la cantidad de las imitaciones que distribuían a nivel nacional.
Estaba situado en un chalé aislado y contaba con estancias diferenciadas para cada una de las fases de falsificación –impresión, corte e imitación del holograma y secado-. En los registros realizados se han intervenido billetes en proceso de elaboración por valor de 195.000 euros, además de escáneres, tintas, papeles, prensas industriales, y un cañón industrial de calor para el secado de grandes cantidades de billetes. Han sido detenidas dos personas.
La falsificación más importante de las que circulaban en nuestro país
La falsificación detectada ahora se había convertido en la más importante de este momento en nuestro país. Su distribución se estaba extendiendo desde Madrid a otras provincias y sus víctimas eran principalmente vendedores de la ONCE. Los miembros del grupo viajaban a diferentes localidades para adquirir cupones que pagaban con los billetes falsificados -llegaron a introducir en un solo día cerca de una treintena de copias-, una actividad con la que obtenían cuantiosos beneficios.
Las gestiones realizadas permitieron identificar al impresor y al responsable del grupo. Ambos adoptaban elevadas medidas de seguridad para dificultar su localización, utilizando documentaciones falsas para alquilar inmuebles y varios teléfonos para sus comunicaciones. Gracias a los conocimientos informáticos de uno de ellos se logró diseñar un billete ilícito de gran calidad.
Las investigaciones avanzaban y el grupo pudo ser situado en la localidad de Talavera de la Reina, donde habían montado en una vivienda un centro de producción que tuvieron que abandonar debido a la presión policial. Esto motivó que finalmente se trasladaran a otro pueblo, también en Toledo, instalándose en un chalé situado en una urbanización aislada. El dispositivo de vigilancia desplegado en las inmediaciones detectó los movimientos de uno de los investigados, el impresor de los billetes, cuando abandonaba la casa con una bolsa de grandes dimensiones. Ante la posibilidad de que tratase de deshacerse de restos de impresión fue interceptado por los agentes quienes corroboraron sus sospechas al localizar restos de billetes y pruebas de impresión de billetes falsos, por lo que fue inmediatamente detenido. El otro investigado había sido igualmente arrestado poco antes en Madrid.
En el registro realizado se localizó una completa imprenta clandestina capaz de producir gran cantidad de billetes falsos de alta calidad. Cada estancia era dedicada a una fase concreta de la falsificación: impresión, corte e imitación del holograma, secado,… Asimismo se intervino maquinaria que indicaba la elevada especialización del grupo, como es la utilización de un cañón industrial de aire caliente empleado para el secado de grandes cantidades de billetes ya impresos o grandes depósitos de tintas para las impresoras. Los arrestados habían comenzado a diseñar una nueva falsificación de billetes de 20 euros que ha quedado abortada con la actuación policial.