Pamplona se replantea el diseño de la recogida neumática en Lezkairu-Arrosadía ya que no contempla la materia orgánica

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Urbanismo ha visitado el edificio que trata papel, plástico y restos, sin que se contemplara la materia orgánica de forma separada cuando se proyectó

El Ayuntamiento de Pamplona tendrá que replantearse el diseño del sistema de recogida neumática de residuos urbanos del barrio de Lezkairu-Arrosadía, ya que la nueva planta que se está construyendo incluye el tratamiento de solo tres tipos de residuos (plástico, papel y resto). Cuando se proyectó, la obra no contemplaba el procesamiento de un cuarto tipo de residuo, el de materia orgánica separada de ‘restos’, tal y como se están implantando en la ciudad.

Este hecho tampoco se tuvo en cuenta en las viviendas ya finalizadas en el barrio, que cuentan con espacios integrados de recogida de los residuos, y que evitan la instalación de contenedores en las calles.

Los miembros de la Comisión y del Consejo de Gerencia de Urbanismo, encabezados por el alcalde, Joseba Asiron, han visitado este miércoles el edificio que se está levantando en ese barrio y que también atenderá la urbanización de Entremutilvas.

El presupuesto de la obra ronda los dos millones de euros y, de acuerdo con el convenio firmado en 2006, el 80% del gasto era asumido por el Ayuntamiento de Pamplona y el 20% por el Ayuntamiento del Valle de Aranguren. En estos momentos, las certificaciones superan el 70% del coste de la obra.

La Mancomunidad, gestora de la obra

En otro convenio posterior de 2011, quedó recogido que la obra fuese gestionada directamente por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, ya que es la entidad responsable de la gestión del servicio y cuenta con experiencia en obras similares.

El Ayuntamiento de Pamplona puso a su disposición la parcela 2.529 del Polígono 5 del Catastro para acoger la central. De esta forma, la propia Mancomunidad contrató a Envac Iberia, S.A., la empresa adjudicataria de los trabajos, y se ha encargado de la dirección facultativa de las obras, según ha explicado en la visita Álvaro Martínez Reguera, Director Gerente de Servicios de la Comarca de Pamplona, S.A.

En esta planta confluyen las galerías subterráneas que el Consistorio pamplonés construyó para acoger todos los servicios durante el desarrollo de la urbanización de Lezkairu-Arrosadía. Se crearon unos 7.000 metros de galerías excavadas entre 4 y 8 metros de profundidad. Por este espacio, hecho in situ en hormigón, discurren las distintas canalizaciones de recogida neumática de basuras, que terminan en el nuevo edifico, además de las de saneamiento, abastecimiento, electricidad y telecomunicaciones.

Tratamiento de plástico, papel y restos pero no de materia orgánica

Con posterioridad a la visita, los miembros de Urbanismo han analizado las características de esa nueva planta que tratará tres tipos de materiales: plásticos y envases (que suelen depositarse en el contenedor amarillo), papel y cartón (azul) y restos (verde oscuro).

Como ocurre en otros centros de tratamiento de este tipo no está contemplado el procesamiento neumático del vidrio por las características especiales que tiene. En su momento, tampoco se tuvo en cuenta en el diseño del nuevo edificio el procesamiento de la materia orgánica, que ahora ya se separa de los restos y que en otras zonas de la ciudad se arroja en los contenedores marrones.

Según han explicado los técnicos, habría que analizar la posibilidad de que con el mismo sistema que se trata los restos se pueda durante unas horas procesar la materia orgánica.

Otro ámbito en el que tampoco se tuvo en cuenta este cuarto contenedor fue en el desarrollo de las canalizaciones que comunicaban las viviendas con las galerías de servicios.

Los 1.500 pisos aproximadamente construidos en Lezkairu cuentan con espacios para arrojar plásticos y envases, papel y cartón y restos, pero carecen de la posibilidad de separar la materia orgánica.

Esto obliga a que el Ayuntamiento de Pamplona vaya a estudiar las opciones existentes para solucionar la carencia. Estas soluciones podrían pasar, por ejemplo, por colocar contenedores en la calle, a pesar de que el diseño de Lezkairu quería evitar estos recipientes y evitar la circulación de los camiones de basura, o por realizar alguna mejora en las viviendas que posibilite esta recogida también.

Asimismo, se ha analizado en la reunión quién asumiría los costes de la nueva solución y cómo deberían adaptarse las viviendas pendientes de construcción (está previsto que el barrio acoja hasta 6.000 pisos) a las necesidades actuales.

Finalizado para abril

El edificio tiene una superficie total construida de 1.077,85 m². Las obras comenzaron en mayo de 2015 y está previsto que esté finalizado para el mes de abril. Cuenta con dos accesos, uno para vehículos y otro para peatones y para adaptarse a la topografía se ha diseñado semienterrado haciendo más suave el acceso a planta. Es un edificio aislado rodeado de zonas verdes, color que también aparece en el proyecto para las paredes y la cubierta.

Está distribuido en tres áreas: la de instalaciones, la de visitantes y la de personal, con vestuarios, almacén y comedor. En las instalaciones se incluyen salas de turbo-extractores, de separadores rotativos, de compactadores y contenedores, de filtros para purificar el aire proveniente de la sala de turbo-extractores y de control.