Convierte ser Senior en un valor para tu Marca

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PRUEBA

La evidencia de que el trabajo para toda la vida se ha acabado se hace más cruda cuando entramos en el tramo de edad de más de 40 años. Los seniors hemos crecido con el paradigma de que, si bien no trabajaríamos siempre en la misma empresa, las diversas coyunturas garantizarían los saltos necesarios para llegar a la edad de la jubilación y esto es precisamente lo que se ha acabado.

La edad, además, es una amenaza para los que siguen trabajando por cuenta ajena porque es de sobra sabido que es el mayor hándicap para recolocarse, en caso de pasar a la situación de desempleo, ya estamos bajo sospecha de ser caros, poco formados en materia tecnológica, lo de nuevas tecnologías ya huele a antiguo y menor flexibilidad para viajar o trabajar bajo presión situaciones que forman mas bien parte del estereotipo del imaginario de los departamentos de recursos humanos, que no se corresponden con la realidad. Por otra parte, la experiencia y la capacidad de acompañar y mentorizar a las nuevas promociones no goza de una consideración suficiente para compensar el efecto negativo de los prejuicios.

Pero todos tenemos la edad que tenemos y de ser senior solo se libran los que desgraciadamente han caído por el camino, tarde o temprano todos llegamos a la temida franja de más de 40 y empiezan los miedos y las lamentaciones.

Somos mayores, estamos más que menos sanos y sabemos que tenemos por delante una vida que será larga porque la esperanza de vida no es sólo un dato estadístico y nos encontramos con muchas personas que llegados no los 40 si no los 50 o más, tenemos todavía cargas familiares e hijos en edad escolar. Y no queremos ni podemos tirar la toalla y pensar en vivir de la pensión de jubilación.

Así pues tenemos diversas situaciones que afecta al senior:

Los que esperan la jubilación porque no tienen cargas familiares y / o tienen patrimonio suficiente para vivir muchos años y quieren dedicarse a sus asuntos desde una perspectiva estrictamente privada.

Los que partiendo de la situación anterior quieren iniciar una nueva etapa en la que tienen algo que seguir ofreciendo a la sociedad pero desde una óptica altruista y no remunerada, ya tienen la pensión y los ahorros, y se quieren centrar en el voluntariado.

Los que no saben lo qué quieren y esperan que los demás decidan por ellos para empezar a plantearse las cosas.

Los que no quieren, ni pueden, jubilarse porque tienen empuje suficiente para seguir al pie del cañón en plena forma y / o tienen obligaciones familiares que les exigen un nivel de ingresos determinado.

Los que querrían trabajar pero no encuentran una ocupación remunerada por más empeño que pongan en ello.

Los que han decidido hacer de su capa un sayo y se han lanzado a empujar un proyecto propio o en colaboración con otros.

A los primeros, los que esperáis la jubilación a pies juntillas sin ninguna otra reflexión os deseo muy buena suerte y que seáis felices en los muchos años que os quedan de vida, porque es cierto que todos tenemos derecho al descanso y a hacer aquello que nos gusta después de haber estado muchos años bajo la presión del día a día. De todos modos, no os envidio.

Al resto, a los que por vocación o a la fuerza hemos optado por estar al pie del cañón os quiero decir que si bien el camino no es fácil, nuestra situación no es peor que la de las generaciones más jóvenes y tenemos muchas cosas que hacer para conseguir nuestro objetivo de ganarnos la vida desarrollando una propuesta de valor.

Y para que mi mensaje no quede en un consejo voluntarista os propongo un pequeño plan de trabajo:

Piensa en tus competencias y en tu experiencia. Tu vida hasta ahora no ha sido en balde y has acumulado mucho, piensa en qué eres bueno y cómo puede ayudarte en esta nueva etapa. No olvides que tu pasado es la palanca para levantar tu futuro.

Mira de qué manera puedes ser útil a los demás, en qué les puedes ayudar y como tienes mucho fuelle no tengas miedo a enfrentarte a nuevos retos y aprendizajes, esto si como has hecho siempre sin parar porque el movimiento se demuestra caminando.

Desarrolla un proyecto. Buscar trabajo y pensar en un nuevo negocio son proyectos y deben ser tratados como tales por lo que ponte manos a la obra y dibuja tu mapa mental para saber a lo que te tienes que enfrentar.

Elabora tu modelo de negocio. Tu proyecto sea cual sea debe ser tratado como un modelo de negocio para que no quede ningún cabo suelto.

Reencuéntrate con aquello que te ha dado y te sigue dando sentido me refiero a tu misión, visión y valores.

Elabora tu mensaje, prepara la manera cómo vas a comunicar lo que te propones y anticípate las preguntas que te puedan hacer.

Comunica por todos los medios disponibles y deja tu marca personal escrita por donde pases.

Búscate un mentor, alguien como tú que haya vivido esta experiencia, y que te acompañe para que llegues más lejos. Cuenta conmigo.

Buen viaje y que la suerte te acompañe.

Por Jordi Collell. PersonalBrandingQueMarca.